sábado, 22 de septiembre de 2012

Capitulo 7: Cuando algo va mal, siempre queda la esperanza de que pueda ir mejor.



Jueves.

El miércoles paso rápidamente en mi calendario, un día intenso de trabajo una salida al banco de debajo de mi casa  y cuando me di cuenta estaba tumbada en mi cama escuchando música esperando que el sueño viniera a verme otra noche mas.
El día de hoy en el trabajo tampoco ha sido interesante, Alex no ha parecido en todo el tiempo por la tienda, por lo visto me ha dicho Alejandro que hoy Alex como hombre fuerte que es, ha ido a echar una mano en el almacén de la sección de mujer. Así que me he llevado todo el día sola con Alejandro. Volvi a casa y me puse en el ordenador a buscar nueva música para mi coche.
Y aquí sigo mirando la pantalla encerrada entre estas cuatro paredes esperando que alguien me salve de seguir aquí, pero creo que hoy voy a tener que pasar a mi plan b, porque Marta e Irene no salen, mañana tienen un examen, Fer está de fiesta desde ayer hasta no se sabe cuándo y Fran se ha ido a Cádiz hasta el viernes. Solo me queda Oscar, le voy a mandar un whatsapp para quedar esta noche.

Si supieras cuanto te quiero que sin ti me muero que por ti no espero que las horas se me pasan y yo estoy en casa esperando un whtasapp.

Creo que Oscar se me ha adelantado. Cojo el móvil y abro el whatsapp pero aquel no era Oscar, era Alex.

Me ha dicho Marta que hoy ninguno va a salir, quieres que te recoja y me acompañas que tengo que ir a un sitio.

Lo pienso detenidamente, porque no voy a quedar con él, solo somos amigos que quedan para acompañarse. ¿Y Oscar?, luego quedo con él cuando vuelva y así me puedo fumar uno.

Claro que te acompaño, ¿A qué hora quieres quedar?
¿Te parece bien a las ocho y media?
Me parece perfecto. ¿A dónde vamos?
Ya lo veras.
No querrás secuestrarme
¿Confías en mí?
No mucho.
Por un día, déjate sorprender por mí.
A mí no se me sorprende fácilmente.
Ya veremos. Te veo en un rato.

Solo tengo una hora y media para arreglarme, por lo cual descarto la opción de alisarme el pelo, una coleta y espuma rizadora. Pero tendré que empezar o si no, no me da tiempo. Me levanto para preparar todo y comenzar a arreglarme, elijo bien la ropa que voy a llevar, y combino todos los complementos.
Después de una hora y media estoy perfecta, me miro en el espejo, y allí esta mi figura, la coleta me da un aire más infantil y la ropa un estilo deportivo. Creo que la elección de ropa es perfecta.

Si supieras cuanto te quiero que sin ti me muero que por ti no espero que las horas se me pasan y yo estoy en casa esperando un whtasapp.

Cojo el móvil de encima del escritorio, y allí tengo mi nuevo whatsapp.

  Baja que estoy aquí abajo, por favor date prisa y no te lleves veinte minutos para bajar, que sois todas iguales.
  Encima ahora te queja de que tardamos mucho, pero bien que os gusta que vayamos lindas para presumir de acompañante.
  Ya que tenemos que esperaros aprovechamos luego y presumimos de la chica guapa que llevemos al lado, tontos no somos.
  Como me sigas distrayendo no nos vamos nunca, tardo un segundo.


Dejo el móvil en la mesa, y rápidamente recojo todo, porque después de vestirme siempre tengo la cama llena de ropa que al final no he decidido ponérmela. Parece que todo está listo, recojo el bolso y el móvil, un ultimo vistazo a la habitación, y me marcho.

Salgo del portal y a lo lejos puedo ver su coche, está allí parado, la oscuridad de la noche no deja ver el interior del coche, pero algo me dice que allí esperando a que yo llegue. Abro la puerta y me siento en el asiento del copiloto volviendo a cerrar la puerta tras de mí. Miro al asiento del conductor y allí está el mirándome, observando todos mis movimientos, esperando a que termine para irnos, pero antes de poder acabar de colocarme su voz interrumpe el silencio del coche.
-Buenas tardes.
-Mejor dicho buenas noches.- En su rostro comienza a aparecer esa sonrisa suya, esa sonrisa especial que tiene - Has visto no he tardado veinte minutos como tu decías.
- Solo han sido cinco, te parecerá poco.
- Quejica – Esa sonrisa, cada vez ilumina mas el coche- Deja de reírte de mí.
-No me rió de ti
- Ah, no y porque estas con la sonrisita.
- Estoy feliz.
- ¿Que es lo que te pone tan feliz?
- Todo. Tus comentarios, tu forma de abrigarte cuando aquí no hace mucho frió  tu sonrisa, tu cara de ángel, esa mirada de enfadada cuando me has obligado a dejar de reírme de ti y sobre todo me pone feliz el poder picarte, como a una niña pequeña.
- ¿Esto es lo que voy a tener que aguantar hoy?
- Se que te gusta pelearte conmigo.
- Si he descubierto algo nuevo que hacer, como si yo no tuviera ya muchas cosas.
- No niegues lo evidente.
- Y tú no digas gilipolleces.
- Te gusta hacerte la dura.
- Y a ti te gusta que deje callado. – Volvió a parecer el silencio, pero esta vez seguíamos comunicándonos, atreves de nuestras miradas, y su sonrisa. Viendo que esto iba a ir para largo, vuelvo a la expresión oral que se me da mejor –¿Me vas a decir a donde me llevas?
- Es una sorpresa, ya lo veras.
Y quitándome la mirada de encima, metió la primera marcha y salió por aquellas callejuelas buscando la autopista.
 Dejamos atrás mi ciudad, aquellas luces que iluminaban el cielo, que todo el mundo llamaba contaminación lumínica, aquel ruido continuo de coches, el ruido de las voces de la gente, aquella aglomeración de información la cual no te daba tiempo de procesar. Para ir, a no sé dónde.
Después de veinte minutos conduciendo por carreteras secundaria, llegamos a un pequeño escampado oscuro, los faros del coche alumbran unos merenderos, miro para todos los lados pero allí no se puede ver mucho, más que la oscuridad apaga todo aquello.
-¿Dónde estamos?- Le pregunto.
- lejos de la luz.
- Eso ya lo veo, pero ¿cuál es la sorpresa?
- Sal del coche y lo veras.
Abre la puerta y se marcha, se sienta en la mesa del merendero, pero yo sigo aquí en el coche mirándolo. Después de pensarlo unos segundos decido salir, voy caminando lentamente para no caerme con alguna piedra de aquel campo, pero parece que todo va bien, he llegado sin problemas y me siento allí con él.
-Ya he salido del coche, y sigo sin poder ver nada.
- No miras bien.
- No hay luz y no se ve nada.
- Buscas mal, no mires para los lados.
- ¡No vendrá algo por detrás mía!- y en rostro desaparece esa sonrisita suya, para aparecer una risa, que inunda de sonido todo aquel campo.
- Mira para arriba.
Miro al cielo, y allí solo se ve algo hermoso, no está claro como en la ciudad, aquí está oscuro y con un gran acumulo de estrellas, algunas más grandes que otra pero ninguna supera la belleza de la luna, que nos mira desde el horizonte. Aquel cielo era tan bello que no podría describir, algo mágico en este mundo tan real.
Nos tumbamos en la mesa de los merenderos los dos, uno al lado del otro, mirando las estrellas y hablando de nosotros, de lo que fuimos, lo que somos y lo que seremos.



Pasa el tiempo en mi reloj, pero yo sigo allí  tumbada en la mesa de aquel merendero con Alex, mirando el cielo. Es un momento tan mágico que me olvido de de llamar a Oscar para fumar luego con él, me olvido del tabaco, de beberme una litrona para celebrar la noche del jueves como dice nuestra tradición, de la hora que es y mañana tengo que trabajar, me olvido de todo excepto de Alex y de aquel manto de estrellas. 

- ¿Que te ha parecido la sorpresa? -me pregunta mirándome a los ojos.
- Soy difícil de sorprender, pero no imposible, y la verdad esto me ha sorprendido. Nunca me había fijado en las estrellas y en su belleza, relaja mucho la verdad.
- No será porque no salgas por las noches. - Y aquí aparece otra vez esta sonrisa suya tan especial.

Y allí nos quedamos los dos, mirándonos el uno al otro sin poder hablar. Hago un esfuerzo por reaccionar, pero no puedo. Sigo nadando en sus ojos, vagando en su sonrisa y pérdida entre las estrellas. 
Esta situación hace que surja en mi una batalla, entre las dos partes más importantes de mi ser, mi corazón y mi mente.  Mi corazón me dice que me deje llevar por el momento, pero mi mente me trae de vuelta a la realidad, y en esta batalla, gana la mente y deja al corazón llorando su derrota.
Me levanto rompiendo toda la magia del momento, todo lo bello se esfuma en un segundo, ya solo siento miedo, el miedo que da no poder ver más allá de la oscuridad, de no poder afrontar la situación, y el miedo de un corazón vencido y desolado.
Alex se incorpora también y se queda allí mirándome, atento a mis movimientos, esperando una explicación de lo que había pasado. Miro el reloj, las agujas marcan la una, allí esta mi escusa perfecta para salir de allí.
-Alex, son la una. Nos deberíamos de ir.- Propongo mientras marcho lentamente al coche, sin mirar atrás.
- Si, deberíamos irnos.
Nos montamos en el coche, para dejar atrás aquel mágico momento, y dirigirnos a la realidad, a aquella ciudad de luces y sombras que nos espera a veinte kilómetros.
En el camino de vuelta solo se podía escuchar la música que salía de los altavoces del coche. Me lleve todo el camino analizando las letras de esas canciones, y como siempre son las menos apropiadas para el momento. Parecía que aquella persona que estaba poniendo las canciones en la radio, sabía mi situación, y las ponía para que me diera cuenta de lo tonta que puedo llegar a ser.  

Tenemos la mala costumbre de querer a medias, de no mostrar lo que sentimos a lo que están cerca, tenemos la mala costumbre de echar en falta lo que amamos sólo cuando lo perdemos es cuando lo añoramos…

Y aquella letra, que alguien en otra parte del país ha decidido poner en este día a esta hora, se clava en mi mente, palabra por palabra.


Capitulo 6: Quien juega con fuego, acaba quemándose.



 En esa misma hora algo pasa en una habitación de esa misma ciudad.

Una muchacha esta tumbada en su cama con lagrimas en su rostro, mira una y otra vez aquella notica que le ha dicho esta mañana aquel aparato, deja todo en el suelo, pero todavía no se cree lo que le está pasando y probablemente le cueste asumir mucho tiempo asumir aquella noticia. Un sonido interrumpe el silencio de la noche, es el móvil, alguien le ha hablado por whatsapp. Se levanta y coge el móvil que se encuentra en la mesita de noche, y abre la aplicación, allí esta su amiga que desde otro lugar se preocupa de la situación, después de todo es su mejor amiga y si no se preocupa ella, ¿Quién se va a preocupar?

Que ha pasado, llevas todo el día sin dar señales de vida, ¿Te lo hiciste esta mañana?

La chica mira otra vez todo aquello que ha dejado en el suelo, no se podía creer como aquello era lo más importante ahora mismo. Aquello arruinaba todos sus planes.

Si me lo hice esta mañana, me ha dado positivo, hoy he llamado al médico sin que mis padres se dieran cuenta. Tengo cita en dos días, necesito que me acompañes. No puedo creer que esto me este pasando a mí.
No te preocupes que aquí estoy yo para lo que necesites, mañana voy a tu casa y lo hablamos. Tenemos que buscar una salida a esto.
Si mis padres se llegan a enterar de esto, me van a matar, illa que no se quien es el padre, que Samuel lleva dos meses fuera y hace tres semana que se entero de todo y me dejo. La he liado no se porque le puse los cuernos, ¿ahora que hago yo?, necesito ayuda.
Yo sé todo lo que estas pasando, pero eso que no tenga padre está por ver.
Como que está por ver, ¡no se con quien estuve esa noche!, peor no se con quien he estado estos últimos dos meses.

De sus ojos vuelve a brotar esas lágrimas, con la manga del pijama se las limpia,  pero aquellas lágrimas brotaban sin parar y ya no había remedio.
La chica sabia que esas lágrimas no eran como las lagrimas de amor o un desamor, que aquellas lágrimas eran porque ella lo había liado todo, pudiendo tener ahora una vida perfecta con él, pero ya no valía la pena volver a por él y decirle ¡enhorabuena eres padre!, aquello no le iba a servir de mucho, Samuel ya no la creía, ella lo había traicionado. Ahora ella se encontraba sola frente a un problema y el ya no la podía salvar.
Volvió a mirar el móvil, y con lágrimas en los ojos vio lo que su amiga le había puesto.

Encontraremos al padre, y si no pensaremos otra solución, no te preocupes. Descansa y mañana nos vemos.
Muchas gracias, no sé qué haría sin ti Claudia. Hasta mañana

Y aquella misteriosa muchacha apago el móvil y cerró los ojos esperando que el silencio de la noche la hiciera olvidar todo aquello. 

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Capitulo 5: En la oscuridad de la noche, el peligro se puede confundir con belleza.



La oscuridad de la noche no dejaba ver bien el camino, pero yo en este tema llevo ventaja, llevo un año conduciendo por esta carretera y la controlo bastante bien.
Voy a ciento veinte por una carretera de baches y arena, Alex se agarra a la puerta mientras Elena y Martas van detrás riéndose y botando en los asientos. La última curva, freno hasta llegar a los sesenta kilómetros horas, pero la curva es demasiado cerrada, me expulsa un poco, pero la tengo controlada y de un acelerón salgo de ella para llegar sanos y ha salvo a la explanada. Otra vez me proclamo ganadora de la carrera, otra vez mas mi pequeño Ford Focus supera a otro coche.
En los segundos siguientes se ve aparecer el coche de Fer que se coloca junto a mi ventana para poder hablar conmigo.
-¿Dónde nos ponemos?
- En el banco de siempre el que tiene la farola.- Y le señalo la zona más alejada de la explanada, la única zona donde la luz de una farola iluminaba la noche, ya que por culpa del vandalismo solo quedaba esa farola en toda la explanada.
Comenzamos otra vez nuestra marcha pero con la diferencia que ahora no es una carrera, más bien ahora vacilamos haciendo peripecias con el coche. Toda la gente que se encuentra cerca de los arboles nos mira, no son muchas, unas cien personas nos juntamos allí todas las noches, de diferente barrio, cada uno en su sitio con su grupo aunque a veces hablamos entre nosotros, sobre todo con los grupos que tenemos más confianza que suelen ser de nuestro mismo barrio. Llegamos a nuestro rincón haciendo unos trompo antes de aparcar el coche, la situación está controlada aunque el coche patina con la arena, pero con la práctica se aprende y yo ya llevo tiempo practicando. Aparco el coche delante de nuestro banco para que Fer lo aparque detrás. Nos bajamos todos del coche unos más felices que otro, pero Alex sigue allí agarrado a la puerta sin poder moverse y con la cara un poco pálida. Me acerco a su puerta y la abro lentamente dándole tiempo a que quite la mano de allí.
-¿Estas bien?
- Bastante bien para como creía que íbamos a acabar.
- Te he dicho que no soy tan mala conductora. Bueno ya estas a salvo y te puedes salir del coche. Antes de salir darle a la música y ponla al máximo.
- ¿Es este botón?
- Si, y ahora a la ruleta para subirle el volumen hasta el máximo.
La primera canción de la lista de reproducción es Beat on my drum, abro las puertas del coche y el sonido se empieza a extender por el lugar, haciendo que los más cercanos comiencen a mover las cabezas con su ritmo.
-¿Tu hermano sabe lo que haces con su coche?- me pregunta Alex todavía con la cara pálida.
- No la verdad es que no, ahora con la moto no lo necesita mucho y con que se lo devuelva sano y salvo.
- Yo soy tu hermano y te mato.
- No me puede decir nada, cosas peores hace él.
- Cosas peores hice yo con mi antiguo coche.
- Ves aquí nadie se puede quejar de nadie, somos todos jóvenes.
- A mi se me paso ya el tiempo de gamberrear por ahí.
- Tan viejo no eres.
-Pero cuando llegas a una edad y te pasan algunas cosas, te das cuenta que tu DNI puede decir que eres todavía joven, pero que tienes que cambiar para poder llegar a ser alguien
-¿Entonces tú has sido un niñato? – digo extrañada.
- Bastante, pero bueno ahora estamos aquí para pasarlo bien, vamos a ir al banco con los demás que nos están esperando.
No me puedo creer que este chaval con lo formalito que parece haya sido un gamberro, pero todos tenemos nuestro pasado. Nos vamos al banco donde están todos hablando, me siento con las niñas mientras los niños se quedan de pie en frente nuestra. Los pobres se suelen llevar todo el tiempo de pie, porque las mujeres no dejamos nuestro sitio si no es por algo importante, pero yo tenia unas sillas de playa en el focus que me hicieron meter esta gente a principio de verano para cuando veníamos todos para acá, le voy a decir a Fer que las coja, que la verdad no tengo ganas de levantarme ahora.
-Toma Fer las llaves de mi coche, y saca las sillas de la playa y os sentáis, están en el maletero- Le tiro las llaves del coche y él de un salto las coge.
- Enana piensas en todo.
- Has visto, no sé qué haríais sin mí.- Y todos comienzan a reír porque saben perfectamente que este grupo sin mí no funcionaria.
- Por eso todos te queremos tanto- Fer sigue hablando mientras va a por las sillas al coche - Unos más que otros pero todos te queremos un montón- Y en su rostro parece una sonrisa porque sabe perfectamente que he pillado su indirecta. -¿Dónde está mi amigo?
- No sé donde esta.
- Ya ha pasado a la historia.
- Si, Oscar y yo no podemos volver a tener nada. – miro al suelo, para evitar las miradas de los demás.
Creo que nadie se ha dado cuenta que estoy mintiendo, soy muy mala mintiendo y me suele pillar todas las mentiras.
- Eso no se lo ha creído nadie, – Marta gira la cabeza hacia donde estoy yo, y sigue hablando. - Yo hasta que no vea como Oscar te intenta comer la boca y tú lo dejes con las ganas, no me lo creo. 

- Bueno podemos cambiar de tema, que no sé como lo hacemos que siempre acabamos hablando de mí y de Oscar.

-  Siempre sois la noticia.
- Pues ya no hay más noticias, ahora hablemos de un tema interesante.
- De lo caro que han puesto el tabaco por culpa de la crisis, es una pasada, entre el tabaco, el alcohol y la droga me sale tela de caro coger un buen vacilón – propuso Fran, pero todos los presentes nos reímos de su proposición.
- Crisis la que llevas tú encima- Le replica Marta – Y que el Estado no te de una paguita – nos miramos todos y comenzamos a reír mientras ellos seguían con su discusión.
Así solemos pasar el tiempo, escondidos en la mayor oscuridad de la ciudad, sentados bajo la única farola encendida, y todos pendientes de nuestro alrededor, mirando de un lado para otro por si aparece algún coche de la policía interrumpiendo nuestra noche. El tiempo pasa lentamente por nosotros aunque el reloj marque un tiempo más rápido. Cuando nos damos cuenta ya han pasado varias horas, algunos pensarían que esas son formas de perder el tiempo, pero para nosotros no, nosotros compartimos nuestro tiempo con esas personas especiales que nos acompañan a lo largo de nuestra vida, diciendo cosas sin sentido pero que alguna de esas cosas marcaran nuestro destino.
Después de tres horas allí sentados comienza el frio a llamar nuestra atención, y el sueño se hace cada vez mas hueco entre nosotros. Las litronas que estaban fresquitas en medio de nosotros, ya se han terminado y solo queda en aquel cristal un culito que nadie se bebe.
-Deberíamos irnos ya – Digo mientras miro el reloj y veo que las manecillas marcan la una y media
- Mañana más y mejor – Expresa Fer, mientras se levanta de la silla.
Y en un momento toda aquella reunión se levanta, y poco a poco recogemos nuestras cosas, dejando aquel lugar ya en el pasado y esperando un futuro cercano allí, otra vez todos juntos sentados y gastando nuestro tiempo con nuestro grupo de amigos, y a gran velocidad salimos de aquella explanada bajo la atenta mirada de los pocos que allí quedan.
En pocos minutos llegamos a mi portal, aparco el coche en un hueco que queda libre. Cada uno tira por su lado despidiéndonos por última vez, Alex se ofrece voluntario para llevar a las chicas a su casa, mientras yo camino lentamente hacia mi portal, pensando en que mañana será otro día, y hay que descansar. Pero allí se para, en la esquina de mi portal ese BMW negro, está allí esperando a que entre en el portal, puedo ver la figura de tres personas, pero hay una que me llama la atención, es la figura del conductor que esta echado hacia adelante, apoyando su pecho en el volante y mirando hacia mí, sonrió levemente y me despido con la mano mientras que la otra abre la puerta del portal.

sábado, 15 de septiembre de 2012

Capitulo 4: El camino más corto a veces no es el mejor camino.


Después de diez minutos, aquí sigo esperando a Oscar. Voy a mirar a qué hora se conectó la última vez al whatsapp, cojo el móvil del bolso y miro su perfil de whatsapp,  hace cinco minutos fue la última conexión, como puede ser que se haya conectado hace cinco minutos si tiene que estar viniendo hacia aquí. Me voy a sentar en el banco y me voy a fumar un cigarro, cuando me lo acabe me subo, este se cree que voy a estar toda la vida esperándolo.  
Me levanto del portal y me siento en el banco más cercano, dejo el bolso entre mis piernas. Aquí hay mucha oscuridad, nada mas hay una farola en toda la plazoleta y un árbol impide que llegue aquella luz. Me saco un cigarro del bolso y el mechero para encenderlo. Me pierdo en el humo del sigarro y mi pensamientos empiezan a florecer.
¿Que estará haciendo Alex en estos momentos? ¿Estará con Marta?, Marta nunca pierde el tiempo, el chaval es guapo, muy guapo y simpático, harían buena pareja. Y yo, ¿yo con quien haría una buena pareja?, yo como siga así me quedo para vestir santos. Bueno siempre me queda mi esperanza Oscar, nuestra historia es la historia interminable, yo creo que esta historia no tendrá nunca fin, para que complicarme la vida en buscar otro hombre ahora, además nuestra relación es perfecta, quedamos entre semana y los fines de semana o salimos toda la pandilla juntos o las chicas por su lado y los chicos por el suyo, por lo cual solo no estamos juntos, cuando salimos las chicas por nuestro lado. Yo confió en él, y él en mi, salimos y no nos pedimos explicaciones, al revés nos contamos todo sin que el otro nos pregunte. Y por ultimo y no menos importante el acto de ligar con un hombre me cansa mucho, prefiero ir de fiesta con mis amigos, si yo soy así tengo una vida muy poco complicada y la vivo al máximo.

Jamás viví un amor que para mí fuera importante, tomé sólo la flor y lo mejor de cada instante 




Estoy ya desesperada, han pasado cinco minutos más y no ha llegado todavía, no entiendo a este hombre tanta escena de celos después de todo el verano sin querer saber nada de mí. ¿Tendrá razón Marta, y Inés siempre esta cuando Oscar la llama?, ¿Qué pensara Marta de esto? Claramente me matara si se entera, odia a Oscar dice que es un niñato creído y que solo juega conmigo. Después de una relación de dos semanas y una amistad extraña de siete meses, creo que me he acostumbrado a él, y la verdad con el no tengo novio, soy una persona libre pero esos días que necesitas a alguien a tu lado, ahí está el. Creo que él no juega conmigo solo tenemos una relación especial que Marta no entiende.  Ya ha pasado demasiado tiempo, me voy.
Me levanto del banco y me dirijo hacia mi portal, saco mi llavero para abrir la puerta del portal y subir a mi casa. Pero suena una moto que lentamente sube la acera y se dirige hacia mi portal.
Por fin, para la moto y se baja. Me acerco lentamente mientras él se quita el casco.
-¿Por qué has tardado tanto?
- Se tarda tiempo en llegar aquí desde la casa del Fran.
- ¿Pero tanto tiempo?
- Perdona por no ir a ciento setenta kilómetros hora y llegar cuando la señorita quiera.
- No hace falta que me contestes de esa manera, Que no te he hecho nada
- Lo siento, hoy no es mi día, me han pasado demasiadas cosas.
- Pero no lo tienes que pagar conmigo, yo no te he hecho nada.
- Tú me estás haciendo más de lo que tú piensas.
- ¿Se puede saber qué es eso que te he hecho?
- Llevarte al capullo ese.
- ¿Qué te pasa a ti con el pobre de Alex?
- Nada, vamos a dejarlo como esta.
- No ahora hablamos y me explicas esa escena de celos que has montado en casa del Fran. Que por cierto no se a que venía, que no tenemos una relación de novios, lo dijimos solo somos amigos, y ya ni eso. No me vayas a complicar ahora la vida.
-Pero una cosa que no seamos novios, y otra cosas que hagamos lo que nos de a cada uno la gana.
-Pero que yo en todo este tiempo que hemos estado de amigos no he estado con otro tío, no como pones tu en el whatsapp que quien lo lea se cree que me ido con todo el que ha pasado por delante mía. Ademas que de tonterías hablas si hace meses que no te veo, ya no somos nada. 
- Mientras estábamos de amigos no estabas con otros pero antes, cuando lo dejábamos, cuantas veces te has ido con otros tíos.
- Todas las que he podido, pero como tú has dicho antes de empezar de amigos y cuando lo dejábamos, es que no voy a ser la tonta que pierda las oportunidades que se le ponen por delante, es igual que ahora si se me pone uno por delante, y resulta que yo no tengo compromiso y aprovecho la oportunidad.
- Vamos que ahora mismo se te pone el Alex por delante y te vas con el.
-Primero deja ya a Alex que solo es mi compañero, y segundo que tu y yo no somos nada, solo hemos sido amigos y era cuando estábamos de amigos y no te daba explicaciones, pues ahora te voy a dar menos.
- Yo no te pido explicaciones y nunca te las voy a pedir, tu puedes hacer con tu vida lo que te de la gana, puedes irte todo el verano de fiesta y no llamar para decir que estas viva, pero yo paso.
- No me vengas con tonterías que estuve aquí quince días en Julio y ni me llamaste, estabas todo el día con tus colegas.
- Y tú con tus amigas.
- Venga Oscar, no me vayas a pasar tus problemas a mí.
- No te lo paso, solo te digo que ni yo te llame, ni tú me llamaste. Somos los dos igual de culpable.
- Hombre claro si tu no me llamas, yo no te pienso llamar. Además te lo dije claro yo no dependo de ti,  yo soy una persona libre y quiero hacer lo que quiera cuando quiera, y si no me apetece llamarte tampoco lo voy a hacer.
- Claro tu orgullo por encima de todo, y si no te apetece estar conmigo porque quedas conmigo.
- No es mi orgullo y quedo contigo  porque ya es costumbre.
-  No, no es tu orgullo, pero siempre si yo no lo hago tu no lo haces. Y quedas conmigo de costumbre pues me parece perfecto.
- Esto se está yendo ya por las ramas, no creo que sea para tanto.
- Para mi si es para tanto, dime tu como te sentirías si te dejo un whatsapp diciéndote que me estoy agobiando y que voy a disfrutar el verano, así que lo dejamos por un tiempo porque no sé lo que puede pasar en este tiempo y desaparezco tres meses de verano.
- Pues muy bien, porque igual que lo hecho yo lo has hecho tu, o te tengo que recordar en la feria que dijiste que te ibas a Ibiza y lo que pasara en Ibiza se quedaba en Ibiza. Y lo dejamos por ese tiempo y no paso nada. Que no llevas la razón que el acuerdo es el acuerdo que lo coge pues muy bien que lo dejas pues lo siento.
Estoy cansada de discutir en vano, me doy la vuelta y con paso firme me dirijo a mi portal, pero algo me agarra del brazo y me hace girar sobre mi misma. Y allí esta él, Oscar me mira con ojos de deseo.
-Lo cojo, ya no te montare estas escenas de celos y todo será igual que antes, cada uno por su camino pero siendo fiel al otro.
Y antes de que mis labios pudieran pronunciar una palabra, estos son sellados con un beso de sus labios.

-Oscar te lo digo en serio, no quiero que me agobies, porque paso de ti.

Me agarra de la cintura y me dice bajito al oído.

- Lo que tú quieras mi niña.

- Eso hoy me agobia, hoy no estoy cariñosa, vamos a la vía y me invitas a uno, y llego relajada a mi casa.

Y allí estamos dos amigos, actuando como dos amantes, escondidos en la oscuridad de la noche en uno de los bancos abandonados de la antigua vía. Fumando a escondida de los titis, y hablando de cosas que han pasado este verano, sin temor de lo que pueda pensar el otro.

Me acompaña a mi portal uno al lado del otro hablando y riéndonos, la vía está cerca de mi casa por lo cual tardamos dos minutos en llegar. Cuando llegamos me giro y nos miramos frente a frente.

-Oscar

- Dime
- ¿Te puedo pedir un favor?
- Claro lo que quieras.
- ¿Podemos evitar que la gente se entere de nuestra extraña amistad?
- Porque me voy a tener que esconder de los demás, como tú has dicho no somos novios solo somos amigos.
- Si pero la gente me agobia, prefiero no tener que contestar a un cuestionario por parte de  todo el mundo por lo menos en un tiempo.
- Si eso es lo que quieres, eso es lo que se va a hacer.
- Muchas gracias.
Con un beso nos despedimos hasta la próxima vez que nos veamos, que nunca se sabe cuánto tiempo pasara hasta ese día.
Marta no me entiende pero por eso elijo esta relación, yo no podría estar todo el día pendiente de mi novio, estar todo el día dando explicaciones a mi novio, respondiendo a su cuestionario cada vez que haga algo, en conclusión yo no podría llamar novio a nadie, es demasiada responsabilidad para mí. Bueno Marta tampoco se puede quejar porque ella es peor que yo, pero ella en vez de estar con el mismo esta con todo el que se le pase por en medio de su camino, y eso lo hace todos los días del año que se le antoja, lo que viene siendo todos los días del año.
Llego a la puerta de mi casa, la abro para sumergirme en la mayor oscuridad. Mis padres llevan ya bastantes horas dormidos, ellos trabajan por la mañana muy temprano y nunca están despierto cuando vuelvo por las noches. Entro en mi habitación sin hacer mucho ruido me coloco en pijama y me tumbo en la cama. Comienzo a pensar en todo lo que me ha pasado  ese día, pero antes de poder reflexionar, caigo en el más profundo sueño.


Martes.

Hoy no ha pasado gran cosa, me levante a la misma hora que siempre me arregle y fui a la tienda como otro día normal, con la diferencia que ahora paso de tener compañeras a tener compañeros.  En la tienda parecía que hoy regalaban las cosas porque no ha parado de entrar y salir gente, ha sido un día devastador. Cuando salimos Alex me volvió a llevar a mi coche, y nos llevamos todo el camino discutiendo lo cabezona que soy porque no aparco el coche dentro, ósea donde no se puede aparcar. Después de todo, la mañana se me ha hecho corta.



18.45

Abro los ojos, por la ventana solo entra un poco de claridad, hoy no he podido más y me he tenido que echar una siesta, me levanto poco a poco de la cama, y activo poco a poco mi cuerpo. Busco en la oscuridad del cuarto mi móvil, ¿donde lo abre puesto?, voy mirando en la oscuridad sin ver nada claro, pero allí esta mi luz roja, tengo un whatsapp. Enciendo la pantalla donde rápidamente me  sale el aviso de los whatsapp. Voy abriéndolos de uno en uno, son mis amigos han quedado a las siete de la tarde. Vale eso significa que me quedan quince minutos para arreglarme. ¡Quince minutos¡ imposible esta cara de marmota no se quita en quince minutos. De un salto salgo de la cama y me visto, me maquillo un poco pero como yo lo había previsto en quince minutos no he estado lista. Suena el porterillo de mi casa y de una carrera llego a la entrada para cogerlo antes de que me lo quemen.

-¿Si?

-Illa soy Marta, quieres bajar ya, que eres la persona más lenta de este planeta.
-Voy, ahora mismo bajo.
-No ahora mismo no, ya. Por cierto ¿tú sabes quién viene hoy?.
-No. -Marta empieza con las intrigas y eso no me gusta nada.
-Pues te quedas con las ganas de saberlo.
-Illa dímelo.
-Ya después lo sabrás. Y te tengo que contar un notición.
-Illa ¿para que sirve el whatsapp?, podías habérmelo contado por ahí.
-Es muy largo de contar.


Rápidamente cojo el bolso de mi cuarto y bajo. Sentada en mi portal están Marta y Elena esperando, cuando Marta me ve se levanta rápidamente.
-Illa hemos quedado a las diez en la explanada
-¡En la explanada! ¿Qué vamos a hacer allí?
- Rally, ¿Te vas a llevar tu coche?, dime que sí, que le he dicho a Fran que me le vamos a volver a ganar.
-Tendré que volver a mostrar mis dotes al volante.- Eso me encanta.
-Perfecto he apostado por nosotras quince euros.
- ¿Que gano yo?
- Treinta euros.
- Eso me gusta más. Ahora nos sentamos y me cuentas eso que me tenias que contar, que he bajado con estas pintas para que me cuentes eso.
- No te ha dado tiempo a peinarte, se nota.- Marta alarga su mano y me tira de los pelos. 
- Malos pelos los tuyos, y no te digo nada.
- Envidiosa.
- Cuéntame eso que me estas desesperando.
- Viene Fer.
- ¿Y eso?
- Se vuelve para Sevilla, ha dejado el trabajo de Madrid. Joder el tío mas guapo que conozco y tiene que ser nuestro mejor amigo.
- Que pena, no te lo vas a poder llevar al huerto. –Claramente no creo a Marta, es la décima vez que me dice en todo el verano que Fer vuelve, y nunca lo ha hecho, además hable hace dos días con él, y estaba felizmente en Madrid. Fer volverá cuando las aguas se calmen por aquí.
- Hoy estamos sarcásticas. Pues que sepas que he invitado a Alex a que venga hoy.
- ¿Cuando has hablado con Alex?
-Pues a cada momento, tengo su móvil.
- ¡Tú no pierdes el tiempo!.
- Que va.
-¿Qué hicisteis ayer cuando yo me fui?
- Ayer dejamos a Elena y después me llevo a mi casa, y estuvimos hablando en mi portal.
- ¿Y se puede saber de qué hablasteis?
- De nuestras cosas
- Ah, vuestras cosas.
- No te pongas celosa.
- Claro que no, ya mismo te vemos con pariente.
- ¿Estas celosa?
- Yo no. Cambiando de tema, ¿Quién viene hoy?
- Eso cambia de tema mejor. De nuestro grupo nosotras, Alex, Fer y Fran. Pero al final seremos veinte o treinta personas como siempre.
-Yo no quiero interrumpir vuestra interesante charla, pero yo me voy a sentarme al banco que esto va para largo.- Y Elena se dirige al banco.
Nos fuimos con Elena a sentarnos en el banco, y allí hablamos las tres. Esperamos hasta las nueve para ir a por el coche de mi hermano e ir a buscar a los demás que nos esperaban en la vía.
Allí estaba Alex, sentado en un banco con Fran, tenían los coches aparcados a cada lado del banco. Aparco el coche entre los dos coches y bajo de él mientras Elena y Marta se quedan hablando.
-¿Quién era el que se iba a echar una carrera conmigo?
- A mí ya me ganaste una vez.- Y asi mi primer contrincante se da la baja. 
- Ahora te vas a echar para atrás, valla hombre.- Me vuelvo para volver a montarme en el coche.- ¿Os venís en mi coche para no llevar los tres coches?
- También se pueden venir en el mío.- Busco el dueño de la voz a mi alrededor.
Y de la oscuridad aparece el, Fer está al lado mía de pie con una gran sonrisa en su rostro, esta igual de moreno, y guapísimo como siempre. Como no va a ser guapo, si tiene todo lo que una mujer desea, ojos claro, cuerpo escultural, una sonrisa preciosa y es el hombre más bueno que he tenido como amigo. El es mi mejor amigo, la persona más importante para mí, el y yo demostrábamos que un hombre y una mujer podían llegar a ser grandes amigos, más que Marta o Elena. El sabía todo mis secretos inconfesables, habíamos compartido cama muchas veces pero siempre nos habíamos respetado como amigos que somos. El y yo somos como hermanos
Lo miro y sonrió, todo el mundo desapareció de mí alrededor, en ese momento solo estábamos nosotros dos, después de cinco meses sin verlo volvía a mi lado, mi mente había olvidado lo mucho que lo echaba de menos. Fer abre los brazos esperando el mayor abrazo que le habían dado en todo este tiempo, nuestro abrazo, el de dos hermanos.
-Enana no vienes a abrazarme.
Corriendo me hecho a sus brazos, y nos sumergimos en ese abrazo que dura unos segundos, me aparta y lo miro atentamente intentado buscar las siete diferencia de la imagen de la última vez que lo vi, y la de ahora, pero no encontraba ninguna, estaba igual parecía que estos cinco meses no hubieran pasado.
-Me echabas de menos, lo sabía enana, no puedes hacer nada sin tu hermanito.- me separo de él a unos centímetros.
- Sigues igual de creído que antes.
- Y tu igual de orgullosa, pues para que lo sepas yo te echado demasiado de menos.
- Pues no será porque no hablábamos todos los días.
-Pero yo necesitaba verte enana, no tenia con quien pelearme allí.
-Pues empezamos a recordar viejos tiempo y vamos a hacer una carrera hasta la explanada.
- Empezamos fuerte enana, pero te aviso en Madrid he aprendido varios trucos.
- No me das miedo, el último que llegue tiene que hacer lo que el otro le pida.
- Trato hecho, comenzamos en el stop de la carretera mala.
- Vámonos y el primero que llegue que espere al otro.
Marta saca la cabeza por la ventana del copiloto y comienza a gritar.
- Alex vente en nuestro coche que estos dos no saben lo que es la victoria frente a Inés. ¡ah! y Móntate en este asiento que vas a ver cómo te sube la adrenalina en un momento.
Después de que todos se montaran en sus respectivos asientos, comenzamos el viaje. Los coches de Fran y Alex se quedaron allí, haciendo compañía a un banco solitario. Mientras los demás corremos por unas calles solitarias y oscuras pensando en la meta que encontraremos al final de nuestro destino.
La noche acababa de empezar y nosotros somos unos jóvenes locos por apurar al máximo nuestra juventud.