sábado, 27 de julio de 2013

Capitulo 9: Buscando la frase perfecta.

23. 45

Miro el reloj, no me lo puedo creer son las doce menos cuarto y me acabo de levantar de la siesta.

Suena a lo lejos un sonido, demasiado familiar, es el portero automático, en mi pueblo es el porterillo. Quien sea esta desesperado ya.
Corro por los pasillos de mi casa, que están sumido en la mayor penumbra. Después de un carreron llego a la entrada y  contesto al aparato antes de que su sonido vuelva a sonar, a esta poca distancia su sonido es demasiado molesto.  Con mi mejor voz, para que no se note que me acabo de levantar, digo.
-Diga
-Diga ni diga - El tono de la voz de Marta es de un cabreo monumental - Se puede saber porque no das señales de vida, son las doce casi y tu desaparecida. ¿Que te ocurre en la cabeza?
- Bueno, bueno que ya me estaba arreglando, ¿A que hora hemos quedado?
- ¡Ya!, así que abre que te traigo la ropa.
-Se me había olvidado que me traías la ropa.
- Eso lo sabia yo, abre que me estas cabreando por segundo.
Dirijo la mano al botón azul que abre la puerta del portal. Mientras que Marta sube por el ascensor yo me miro al espejo de la entrada, intentado sacar una solución para que cuando Marta llegue no se de cuenta de que me acabo de levantar. Es algo imposible así que desisto y le abro la puerta con el pijama. A lo que precede una cara de horror por su parte.
- ¿Como que ya te estabas arreglando?. Te acabas de levantar mamona.
- Eh si, pero sabes que tardo muy poco en vestirme.
Me giro rápidamente y Marta aprovecha para darme una patada en el culo con sus tacones de doce centímetros.
-Ahí, eso a dolido.
- Correeeeeee...
- Voy voy
Salgo corriendo por el pasillo, llegando a mi cuarto para coger la ropa interior del cajón. Una vez que tengo todo lo esencial entro en el cuarto de baño, y ni me molesto en echar el pestillo porque Marta siempre lo acaba abriendo, y usurpa el espejo para retocarse, porque una mujer nunca esta lista.
Me ducho en pocos minutos, teniendo a mi amiga al otro lado de la mampara contándome las novedades de hoy en clase. Me coloco la ropa interior y salgo a mi cuarto donde encima de la cama se encuentra la ropa que me a traído Marta.
Me fijo bien, y como no, solo me ha traído un vestido con un escote que da miedo, la espalda al aire y un poco que muy corto. El típico vestido de Marta.
- Eh, ¿mas tela no había para el vestido?
- Inés, tu siempre tan puritana.
- No puritana, lo que pasa que yo no necesito enseñar hasta el alma para que los hombre se fijen en mi. - Esto se llama golpe bajo, lo siento Marta.
- ¿Quieres otra batalla de quien liga mas?
- No, siempre gano yo, así que no hace falta demostrar lo que ya esta demostrado.
- Inés yo no te lo quería decir, pero ya estas vieja, los hombres ya te ven como una pureta.
- Pero que dices si tengo solo siete meses más que tú. Quien te lo haya dicho que venga y me lo diga a la cara.- y suelto una carcajada.
- En estas edades siete meses se nota mucho, se te empiezan a caer los pechos, te salen arrugas, patas de gallos, coges peso, te salen canas. Ah no es verdad que ya tienes canas. ¡Oh! yo te veo muy mal.
- Seras...
- Si soy perfecta ya lo se - Me mira fijamente con los cuatro kilos de maquillaje que lleva encima. - Pero me quiero ir de fiesta y tu me lo estas impidiendo.
- Celosa.
- Yo ¿Por que?, ¿por ti?
- Si y lo sabes. Solo hay que verte cuando Fer me abraza, o me come la cara a besos, tus ojos se llenan de celos. Pero tranquila que yo no le digo nada - Guiño el ojo mientras chasqueo los dedos de mi mano derecha y luego me giro lentamente cogiendo el vestido de Marta para ponérmelo.
- Y que sigamos siendo amigas, después de todo lo que nos hacemos, es un milagro.- En su cara apareció una pequeña sonrisa, porque aunque nos llevamos como el perro y el gato, nos queríamos.
- Si no recuerdas mal, una vez fuiste mi enemiga, pero no nos salio rentable eso.- Mi tono cambia a ser un poco serio, le verdad no me gusta hablar de mi pasado.
- Claro yo tenia la belleza y tu a todos los tíos, porque claro tu no podías ser normal, tu eras la niña tonta que gracias a su suerte todos los hombres guapos del instituto la trataban como una hermana, por lo cual tenias lo que me faltaba a mi, gran confianza con los guaperas.
- Eh, ¿me estas diciendo que era fea?
- Tienes que reconocerlo, eras bastante feilla lo que pasa que tuviste suerte en la vida.
- Dejemos el pasado atrás.
-¡Uhi! ¿te ha dolido?, lo siento no quería remover tu pasado- Y me imita guiñando el ojo y chascando los dedos pero ahora en ves de dar la vuelta me tira un vestido que tenia en la mano - Toma esto, como sabia que no te ibas a poner ese vestido te he traído esto también.
Cojo el vestido que han caído encima de mi cama, y las observo bien, es de Marta por lo cual tiene que verse carne por todas parte. Me sorprendo al ver que es un vestido normal. Me llega por la mitad del muslo,  tiene un corte debajo del pecho y desde ahí se abre en una falda de tabla, el escote es de barco y es de un rosa coral precioso.
- ¿De donde as sacado este vestido? Por que la verdad no te pega nada.
- Te lo he comprado, para que veas lo mala amiga que soy. En vez de dormirme la siesta como otras me he ido de compras y yo me he comprado esto- Me guía con las manos, para que vea su vestido. Es de cuero negro y ajustado a su cuerpo, tan ajustado que no cabria ni un gramo mas. - Y a ti te he comprado eso, porque cuando lo vi era claramente estilo Inés.
- Muchas gracias - Y de un salto me tiro sobre ella, pero es mala idea porque se me queda pegado su vestido. -Se me acaba de quedar pegado tu vestido
- Normal chica, es cuero.

01.18

Cojo la ultima curva frenando un poco para no estrellarnos con un muro, cuando escucho una voz mas fuerte que la música, y mira que eso es difícil porque Marta pone la radio a todo volumen.
- ¿A donde vais locas?
Freno en seco y miro por el espejo retrovisor, en el veo un grupo de unos siete tíos que vuelven, de la esquina oficial de mear de los tíos hacia la calle del botellon.
-Marta, ¿Quienes son?
-Espera que miro. -Como no Marta y su forma de averiguar las cosas, la lleva a sacar medio cuerpo por la ventanilla- mira quienes son.
-¿Quienes?
Pero ya llego tarde, Marta a salido del coche y se dirige a saludar. Por lo cual solo me queda una opción, poner el coche lo mejor posible y ir a averiguarlo yo misma. Meto primera y acerco el coche lo mas posible a la acera. Me bajo del coche y allí entre la oscuridad puedo distinguir varias caras. Una de ella se acerca lentamente mientra me dice.
-Que tengamos que vernos porque un amigo mio quede con un amigo tuyo.
No me lo puedo creer, el cuerpo se me empieza a acelerar. Solo me pasa una frase por la cabeza.

 El pasado siempre vuelve.

 Lo miro buscando alguna similitud de aquella persona que recordaba, pero no puedo encontrar nada, después de varios años, no se parece en nada a la persona que yo recordaba.
-¡Venga ya, Toni!. ¿Que haces tu por aquí?
- He vuelto. Bueno volví en Septiembre. Me vine a vivir con mi padre.- Hace una pequeña pausa esperando algo, que claramente yo no se que es- Lo que veo que tu as cambiado tela. ¿Donde esta esa niña tan correcta que cuando te veía te daba dos besos en las mejillas?.
-Que tonto eres. - Me acerco y le doy dos besos- Bueno cambiado he cambiado.
- No eso no hace falta que me lo digas - Me mira de abajo a arriba - La ultima vez que te vi, eras una niña y ahora eres una mujer.
Era una niña y el fue mi primer amor no correspondido. Miro al fondo y veo que todos nos miran.
-Bueno venís para el botellón.
- Si, ademas nos hemos puesto con vosotros, tu amigo Fer ha montado una fiesta.
- Me lo esperaba, cada vez que vuelve monta una fiesta.
Una voz me llama desde el otro lado.
-Deja de pelar la pava y vayámonos. - Como no Marta y sus grandes ideas, que surgen un efecto en mi, dejándome con los cachetes colorados y un efecto en Toni, que se ríe.
-Venga si vayámonos, que me tienes desesperada.
Me monto en el coche y al segundo tengo a Marta dentro, arranco y cuando procedo a meter la primera marcha, una mano me para.
-Espera, que le voy a decir a esta gente que se venga total son pocos metros y los titis no van a estar por aquí.
-Marta no - Pero vuelve a ser tarde, ya se encuentra con medio cuerpo fuera del coche.
-Porque no os metéis en el coche y vamos todos, que nosotras no sabemos donde están.
Y en menos que canta un gallo el coche se llena de gente. Cuatro en la parte de atrás, dos en el copiloto y otro en el maletero. Vuelvo a intentar salir pero otra voz me lo impide.
-Toni tu ya no cabes, eso te pasa por ponerte a cerrar el maletero.
- Da igual voy andando.
Miro todo el coche y la verdad que no cabe ni un alma, bueno si hay solo un asiento con una persona. Abro mi puerta y salgo.
-Toni no hace falta que vayas andando, ahora cuando entre te subes y  te pones entre mis piernas.
- Te voy ha hacer daño, da igual voy andando de verdad.
Algún ingenioso de la parte de atrás chilla.
- Pero venga ya hombre que se esta quedando dormida la pierna, que se siente el a conducir y tu vas arriba.
Gracias no había pedido opinión pero bueno aquí todo el mundo opina sobre mi coche.
-Bueno si quiere eso me parece mejor- Lo miro y no puedo evitar decir que si.
- ¿Sabes conducir?
- Bastante, muchos años de carnet ya.
-Pues móntate tu y ahora me monto yo.
Se mete poquito a poco, y abre las piernas donde me meto yo con dificultad, pero menos mal que somos canijos. Me coge el pelo y me lo echa para la derecha, luego saca la cabeza por encima de mi hombro izquierdo.
- Bueno chavales vayámonos. ¿Metes las marchas Inés?
- Claro -y cogiendo la palanca de cambio, meto primera y salimos dando tirones.
Giramos y nos encontramos de frente con una calle llena de coches y gente bebiendo. En medio de la calle distingo varios coches conocidos. Tony comienza a frenar mientras Fer nos ve de lejos y nos avisa con la mano que lo sigamos que nos tiene un aparcamiento para nosotros.
Dos coches mas hacia delante veo un hueco pero no lo suficiente grande como para que quepa ningún coche, pero al momento Fer se monta en su coche y lo echa hacia delante, allí esta mi hueco.
Toni para justo en el siguiente coche preparándose para aparcar.
-¿Nos bajamos y aparco yo?- Digo con la intención de no alargar mas esta situación.
-No no, yo hasta que no aparque no me bajo. - La puntillista de Marta siempre dando ideas.
- Claro de aquí no se mueve nadie hasta que el coche no este aparcao'.- El ingenioso de la parte de atrás ya esta otra vez.
Y sin escuchar mas Toni comienza aparcar, lo intento ayudar con las marchas pero es un descontrol, la música a todo volumen, Marta hablando con la gente por la ventana, y los demás riéndose y haciendo la ola, lo que viene siendo un show, me concentro en ayudar a Toni con las distancias, porque con tanta gente no se ve bien la parte trasera ni la delantera, después de unos intensos minutos conseguimos aparcar el coche sin ningún tipo de incidente. Se abren todas las puertas para dejar pasos a todas aquellas persona, yo abro la puerta del piloto y salgo, atacada por una oleada de flash.
Algún que otro grito se escucha en lo lejos, sobre la capacidad de transporte de mi coche, bueno el de mi hermano. Si la broma de la noche va a ser esta, y lo peor que mañana tendré en las redes sociales unas cuantas fotos de esto.
Miro al rededor y veo mucha gente, demasiada gente. Me aparto para que Toni pueda salir, y me quedo en la puerta trasera mirando de un lado para otro intentando ver quien esta por allí. En la primera pasada que hago, veo a Fer con los chicos que han salido de mi coche, Marta corriendo, Elena sentada en la muro con las demás chavalas, y dos o tres grupos de chavales, conocidos de Fer de diferentes sitios.
- Ya esta aparcado -Cierra la puerta y con la llave cierra el coche.- toma tu llave.
- Menos mal que no le has dado al coche de Fer porque si no te mata.
- Ese no me preocupaba, el que me preocupaba era el BMW blanco este, que no se de quien es, y he estado a punto.
Miro rápidamente y allí esta, el puto flamante BMW blanco.
-Yo si se quien es el dueño y menos mal que no les has dado- Hago una pausa.- La verdad es que no tengo ganas de aguantarlo- Sinceramente no tengo ganas de enfrentar al niñato malcriado de Alex.
Escucho un sonido que proviene del maletero. Se me enciende la bombilla, miro a Toni que me mira con cara de sorpresa.
-¿Que ha sido eso?
-Quien va a ser tu colega que os lo habéis dejado ahí adentro.
Me dirijo al maletero acelerando el paso para no dejar al pobre chaval mas tiempo allí. Abro el maletero dejando al aire libre la cara del chaval, que ya se estaba descomponiendo.
-Pensaba que me dejabais aquí.
-Casi, porque nadie se acordaba de ti.- Saca la cabeza con cuidado de no darse con el maletero.
- Illo Manue, para que te dejado el vaso, si ahora no te acuerdas de que estaba en el maletero.
-Illo es verdad, así decía yo que me sobraba un vaso.
-Illo tu eres tonto de verdad. - y de un salto sale del coche y se dirige directamente a darle un collejon al amigo. -Y que no nos den una paguita el Estado por aguantarte.
Miro a Toni que se ríe desde la puerta trasera.
- Pobrecillo. - y pongo mi cara de pena
Toni me mira y se ríe, como si hubiera dicho algún chiste.
- Me voy a dar una vuelta, después nos vemos y hablamos que me tienes que contar muchas cosas.
-Hasta luego.- Lo observo mientras se aleja por la carretera, con el cubata en una mano y la otra saludando a todo el mundo. Como ha cambiado, pero sigue siendo el mismo Toni de siempre, mi gran amor de adolescencia. Ese amor que nunca se olvida y mas todavía si no es correspondido..
-Buenas señorita,- Me giro rápidamente y veo a Fer atrás mía- Si no fueras mi mejor amiga diría que le estabas mirando el culo a ese chaval.- Me mira con cara seria lo que me provoca risa. - No nos engañemos le estabas mirando el culo a Toni. Enana te vas a enterar, desde que yo no estoy aquí te están llevando por el mal camino.
Me coge de la mano y me lleva al lugar donde tienen puesto todos los lotes. Donde nos ponemos ha hablar con un grupo de chavales compañeros del ciclo formativo de Fer.



Después de un rato de intensa charla con el grupo de amigos de Fer, viene Elena en mi rescate, gracias a Dios.
-Perdonad a todos, os robo un rato a Inés. - Capta un momento de atención del grupo, los cuales con un movimiento de cabeza le dan la aprobación a su petición.
Me voy con ella al muro y nos sentamos mirando hacia donde están todos.
- Gracias por rescatarme. Ya no podía escuchar hablar más sobre coches, sexo y tías. Me estaban volviendo loca.
- De nada, te he visto desde aquí un poco angustiada.
- Ya no sabia que decir para defendernos.
- ¿Que estaban diciendo de las mujeres?
- Lo típico que si no nos entendemos nosotras, como pretendemos que ellos nos entiendan. Que somos muy complicadas, rebuscadas y que le buscamos doble sentido a todo.
- Se van a quejar ellos, si son todos iguales, unos capullos, con miedo al compromiso y a quedar en vergüenza. - Para mi sorpresa Elena comienza a elevar el tono. - Es que no lo entiendo, con lo amables y perfectos que son por whatsapp y luego todos iguales. Unos capullos.
- Un momento. - La miro seriamente. - Tu estas to' enamorada.
- Yo que dices- Aparta la vista y se pone a mirar al suelo, otra señal más que me da la razón. -Bueno hay un chico.
-Que chico, ¿donde hay un guapetón?- Miro rápidamente, y allí justo delante esta Marta moviendo la cintura mientras nos mira. -Bueno que os pasa, ¿De quien estáis hablando?
- ¿Que nos pasa a nosotras?, nada. Estamos hablando.
- Menos hablar y más bailar, que han puesto un coche con música. Y faltamos nosotras. -Marta me coge del brazo y tira fuerte levantándome del muro.- Venga que hay que mover el esqueleto.
-Chicas yo me quedo aquí con las demás. Luego voy.
 Después de escuchar eso, Marta me tira del brazo y me lleva hacia donde se encuentra aparcado el coche- discoteca. Cada una va subida en unos tacones de varios centímetros, debida a esta causa nuestro paso es lento, muy lento. ¿Quien dijo que para presumir ahí que sufrir?, Porque yo me acuerdo de su familia todos los días.
Antes de que la gente nos haga desaparecer me giro y miro a Elena que sigue con la cabeza agachada.
- Elena. -La llamo desde lejos esperando que me escuche a pesar del ruido de la gente y así es, levanta la cabeza para mirarme con ojos llorosos.
- Ahora mismo vuelvo, ¿vale?.
- No te preocupes me sienta bien estar sola.
- Si, ahora nos vemos. - Siento como alguien me tira del brazo.
- Illa vamos ya, que se nos van a adelantar.
- Que te gusta exhibirte Marta.
- Ya lo se, necesito pillar cacho esta noche. Que por lo que he visto tu me has cogido ventaja.
- ¿Yo?.
- Que bien te sale hacerte la tonta, sabes el dicho que las calladas son las mas guarras.
- Mas que tu, eso es difícil.
- O no, yo no tengo la colección de tíos seguros, que tu tienes.
- Tu te puedes ir con quien quieras, y lo sabes.
- Si pero yo me lo tengo que trabajar, tu no se porque, pero los tienes hay esperándote.
-¿Que dices?, se te esta subiendo el alcohol a la cabeza.
- Lo que tu digas. Yo solo te digo que mires a tu alrededor y veras tíos que merecen la pena.
- Anda sigue y vamos a bailar.
Seguimos andando entre la gente, con cuidado de pisar a nadie con nuestro tacones de once y doce centímetros, por desgracia a la persona pisada, son de tacón fino, osea los que más duelen. En unos pocos metros encontramos un coche con el maletero abierto, en el se ve un equipo de música y luces de neón.
La gente se va colocando cerca moviendo la cabeza al ritmo de la música pero sin perder sus conversaciones. Marta me tira del brazo, haciéndome pasar entre un grupo de chavales hasta llegar justo delante del maletero, es ahí donde me suelta la mano y empieza a bailar al ritmo de la música. Miro a mi alrededor y veo que todo el mundo esta a su bola, hablando y pendiente solo de la canción. Entonces en ese mismo momento acaba la canción pero en pocos comienza otra, por lo cual no me libro de bailar.
- Illa esta la tienes que bailar.- Me grita Marta intentando sobrepasar los decibelios del coche.
Escucho la canción y allí esta mi canción, se llama thrift Shop, y aunque tiene un ritmo simple, me encanta. Comienzo a bailar al ritmo de la música, sin pensar en la gente que hay alrededor, solo me dejo llevar por las notas que salen de aquel equipo.  Al poco tenemos una coreografía y bailamos las dos iguales, sin perdernos en nuestros pasos, pero sobre todo moviendo todo el cuerpo.
Después de unos minutos de bailes intenso con Thirft Shop, se cambia y pasa la siguiente canción. Desde  el primer segundo puedo reconocerla, se llama motivate de Danny Romero.
-Esta también la tenemos que bailar, Ines mueve las caderas. - La miro. - Espera que tengo una idea.
Se va a la esquina derecha del coche y sale entre la gente, me quedo mirando, la verdad me gustaría saber la idea de Marta porque no suelen ser grandes ideas.
Al momento veo como Toni entra seguido de Marta y otro chaval, el cual reconozco como el de las ideas extraordinarias de mi coche. Marta coge al chaval por el hombro y comienza a bailar. Mientras tanto Toni se coloca delante mía.
- Me ha dicho Marta que esta canción la teníamos que bailar con vosotras.-Me pone una mano en la cintura y comienzo a moverme, todavía sorprendida por la genial, brillante y alucinante idea de Marta (es ironía).
 Con estas canciones solo hay un problema, que a los hombres les suele encantar la forma en que las tías la bailan, Porque hay mucho roce. Algo me despierta de mi conversación interior. Siento como me tiran del brazo y me ponen de espalda a Toni.
- ¿Quien baja mas?
- No me hagas esto
- 3.. 2.. 1... y pa' bajo.
Bajamos poquito a poco hasta el suelo a pesar de los tacones, moviendo las caderas lentamente, y luego poquito a poco comenzamos a subir. Los chicos se quedan arriba moviéndose mientras nos miran. Al llegar arriba nos miramos las dos.
- Marta claramente he ganado yo.
- Tus tacones son mas bajos.
- Escusas, es solo un centímetro. - Me giro evitando que se defienda.
Miro a Toni que me mira con ojos de deseos, y no puedo evitar una risita.
- Odio que las mujeres hagáis eso.
- ¿Por que?
- Porque no sabéis lo malo que nos ponemos, al veros mover la cintura de esa manera.- sus palabras provocan una sonrisa en mis labios.
- Que exagerado eres.
Sigo bailando hasta que termina la canción.
- Me voy a echar un jarrón de agua fría. Luego nos vemos. - y sin decir más comienza a alejarse entre la gente.
Me doy la vuelta y busco a Marta, pero para mi sorpresa ya no esta. Salgo entre la gente y sin darme cuenta piso a alguien en un intento desesperado de salir. Miro hacia arriba para pedir disculpas, pero me sorprendo al ver que aquella persona era Alex, a lo cual me entra un momento de arrepentimiento por no haberlo pisado mas fuerte y con la parte de atrás del tacón. Que eso si que duele. Aún así le dirijo mi mayor disculpa con mi mejor cara.
- Lo siento te has echo daño.
- No ha sido nada. - Aparta la mira y sigue hablando con una chavala.
Lo cual ha sido lo peor que ha podido hacer. Un mínimo de enana, o algo de eso ¿No?, o es pedir mucho, a no que esta ligando, con esa guarra. Sigo abriéndome paso entre la gente, pero pensando en la guarra rubia de las tetas postizas, con cara de vieja y aires de arrogancia. La podía haber elegido mas fea, pero creo que no las había. Me sorprendo riéndome entre un grupo de chavales, bajo la cabeza y sigo andando, hasta llegar al muro donde esta Elena.
-¿Ya habeis bailado?
- Si y como siempre Marta me la ha jugado. Se a presentado con Toni, para que bailara motivate conmigo.
- Esta Marta es mortal. ¿Por cierto donde esta ahora?
- No se a desaparecido con un tío. Y yo mientras tanto le voy a quitar un cubata a Fer, es por su salud que tiene que conducir.
Me agacho y cojo de la bolsa un vaso y un par de hielos. Me echo lo adecuado de Ron para un cubata bien cargado, y luego un poco de coca cola.
- Loca que tienes que coger el coche de vuelta.
- Por uno no pasa nada. Ahora vuelvo que voy a saludar a la gente, vengo y hablamos, ¿Eh?
- Si, si ahora hablamos.
Miro al fondo cerca del coche de la música y allí los vuelvo a ver, riéndose y bailando. Lo odio.

03.30

Vaya vasilon, la cabeza me da vueltas y aquí con tanta gente me falta el aire. Necesito encontrar a Elena, me estoy poniendo malisima, quien me diría a mi que bebiera un cubata. Todo el mundo sabe que un cubata nunca es uno. Tengo que hablar con Fer para irme con el y dejar mi coche aquí.
Poco poco, voy pasando entre la gente, cruzo la carretera para llegar al otro extremo, pero en ese momento aparece una moto y se para a pocos centímetros de mi. Intento ver quien es pero entre las copas y la oscuridad no puedo ver nada.
-¿Donde vas tan sólita?- Reconozco la voz pero para asegurarme bien me muevo hasta ver bien su cara. - No me jodas que vas bebida. - Confirmado es Oscar.
- No solo me he bebido unos cubatas.- Me agarro rápidamente a su brazo para evitar el balanceo de mi cuerpo. - La gente solo sabe ofrecerme cubatas y tu sabes, esta feo decir que no.
-Si pero graciosa quien lleva el coche de vuelta a casa, aunque me han dicho que venias muy bien acompañada antes. Pregúntale a tu amigo el que te a traído en sus piernas que si te lleva y así puede tener un momento intimo, porque el muchacho después del bailecito que os habéis pegado, lo necesita con desesperación.
-¿Que dices?, deja al chaval en paz.
En un momento de flaqueza, mi cuerpo empieza a llamarme, y una fatiga comienza a subir desde el estomago hasta la garganta.
-Lo siento, pero me tengo que ir. - Corro en dirección opuesta a todo el mundo y en el primer callejón me meto apoyando las manos en la pared.
A lo lejos escucho los ruidos de la gente, pero no puedo escuchar mas, empiezo a recogerme el pelo, una tarea imposible, porque siempre esta el mechón de pelo que cae. La fatiga comienza a subir cada vez mas fuerte, pero evito vomitar por todo los medios, ya que me da fatiga vomitar y eso solo provoca seguir vomitando. Escucho un ruido fuerte detrás mía, pero la cabeza me da demasiadas vueltas para volverme.
- Esta vez te has pasado- Otra vez el, no por favor, yo solo quiero estar sola para concentrarme en no vomitar.
- Por favor déjame sola, pretendo que se me quite la fatiga. Y no ayudas.
- ¿Quieres que llame a tu amigo Toni?, así se llama, ¿no?
- Quieres dejar la escena de celos de una vez, me duele la cabeza. - Una arcada sube rápidamente, pero consigo pararla.
- Mira paso de ti.
Lo escucho subirse a la moto y arrancarla, cuando las piernas me empiezan a fallar y una oleada de calor me sube desde los pies hasta la cabeza, todo esto me hace sentarme en el muro apoyando la cabeza en una reja, la cual tengo sujeta con los dedos con fuerza. Lo miro y veo como se aleja por la calle pero antes de girar mira una ultima vez, a lo que precede que apague el motor y que se baje de la moto.
Lo ultimo que puedo ver es Oscar acercándose rápidamente, la cabeza comienza a dar mas vueltas y inmediatamente la bajo y cierro los ojos.
- ¿Que coño te pasa?.
No puedo responder, lo brazos comienza a pesar y van cayendo al suelo, y sin ese apoyo mi cuerpo comienza a caer lentamente hacia adelante.
Antes de darme con la nariz en el suelo algo me coge de los hombros y me zamarrea.
- Te he preguntado ¿Que coño te pasa?
Este tío es imbécil que me va a pasar que tengo una borrachera como una cuba. Comienzo a reírme y abro lentamente los ojos y lo veo allí a pocos centímetros de mi, lo que me lleva a un doble mareo.
- Tu eres tonta de verdad, seguro que no has cenado, es que de verdad estas mongola con el puto peso. Es la tercera vez que me lo haces.
Me coge, llevándome sentada en sus brazos.
-Shhhh...  ¿ A donde vamos? eh.
- A tu casa - Me pongo a reírme.
- Imposible, le he dicho a mi madre que me iba a dormí a casa de Marta.
- Pues a casa de Marta. - Me rió mas fuerte esta vez.
- Eh no, porque resulta, sabes tu, que Marta ha dicho lo mismo, por lo cual no tengo donde ir. A que es gracioso.
- Y en ese ingenioso plan, ¿donde esta la parte de dormí?
-No se pero yo estoy a gusto aquí. ¿Me puedo dormí en tus brazos?
- Vamos con Marta y que ella aclare esto. - Vuelvo a reírme mas fuerte. - ¿Que pasa ahora?
- Que Marta se ha ido, con un chaval hace como una hora.
- Joder Inés todo lo haces igual.- Bueno pues te llevare a tu coche mientras busco a alguien que me ayude a subirte a mi casa.
- Ah, vale.
Comienza a andar conmigo en brazos.
- Pero déjame en el suelo, - Miro hacia el suelo y la distancia se multiplica por mil, cierro los ojos y me vuelvo a colocar bien.
- De verdad pretendes que te deje en el suelo si apenas te puedes mantener de pie.
- Pero todo el mundo se va a creer que soy una borracha.
- Ahora mismo es lo que eres.
- Bájame ahora mismo, yo no soy ninguna borracha... -Una pausa para pensar como seguir la frase - y paso de que lo digas ni tu ni nadie.
- Sabes lo que pasa que si comieras mas y sobre todo comieras antes de salir, no pasarían estas cosas con dos cubatas.
- Dos no, tres. Dos de ron, y otro de whisky
- Eso esta perfecto, tu mezcla.
- Bueno y un par de chupitos, creo.
- ¿Algo más?
-Pos no se, me duele la cabeza. Bájame ya.
- No te pienso bajar, te voy a llevar allí, y haber si pasas vergüenza y la próxima vez comes antes de venir.
No puedo rechistar más, porque en ese mismo momento siento como sube el ultimo chupito que me he tomado y todavía me queda un cubata por que suba. Cruzamos la acera y cada vez noto el jaleo de mas gente. Noto como Oscar mete la mano en mi bolsillo buscando algo.
-¿Donde están las llaves de tu coche?.- En ese momento se para en seco y me tengo que agarra al hombro para no caerme.
- No se.
- Inés colabora un poco.
- No me grites que me duele la cabeza.
Otra voz se une a nuestra conversación, y al momento un grito preguntando por las llaves, que se me mete en la cabeza y no sale, meto la cabeza en su pecho tapándome los oídos con las manos. Escucho varias voces discutiendo, luego a los segundos como se abre mi coche y me meten en el asiento del copiloto. abro los ojos y no distingo  nadie, solo distingo una luz que me ciega y me ordena cerrar otra vez los ojos. Luego escucho un portazo, que consigue por fin dejarme en medio silencio. Me siento de lado meto la cabeza en el asiento y con las manos me tapo los oídos.


Después de unos minutos que para mi parecen horas, alguien abre la puerta y se sienta en el asiento del piloto, se acerca a mi y me llama.
- Inés, te van a llevar a mi casa, yo voy a ir delante con la moto, porque no tengo ganas de encontrarme a tu padre y tu en ese estado.
-  Yo solo quiero que se me quite este mareo, y me voy a mi casa.
- No señorita con la que has liado, lo siento pero te toco venir a mi casa -Se hace el silencio en el coche- Ademas te voy a decir una cosa, es la ultima vez que me haces esto, o cambias tu actitud o paso de ti. Todavía no entiendo en que coño piensas, pareces una niña chica. Esto es decepcionante...
Escucho el ruido de un portazo, y el cuerpo se me viene abajo, meto la cabeza entre mi brazo y el respaldo del asiento, mientras mi cuerpo tiembla en un intento desesperado de no llorar por aquellas palabras que me han llegado demasiado hondo.

A los pocos minutos se vuelve a abrir la puerta, pero esta vez se cierra lentamente. Alguien se acerca a mi y coge el cinturón y con delicadeza lo pasa por mi hasta llegar al otro extremo donde lo encaja, puedo escuchar el click que indica que ya esta puesto, y en pocos segundo otro click que indica que el otro también esta puesto. No me atrevo a sacar la cabeza de su cueva, me da vergüenza, entre las lagrimas y la cara de borracha que tengo, tengo que ser un poema. El coche empieza a andar y noto las curvas que me van moviendo, intentando mostrar mi cara al mundo, pero pongo todas mis fuerzas en evitarlo, y antes de lo que podía imaginar se para el coche. Y la persona que esta de piloto se baja, volviéndome a dejar sola en aquel coche.

Pero mi tranquilidad dura poco, y alguien abre mi puerta.
-Inés ¿estas bien?.
No contesto, no quiero provocar mas vergüenza.
- Inés, Inéssssss, ¿Que si estas bien?
Pero en este momento, algo me hace hablar, una necesidad urgente.
- No, necesito ir al baño, me estoy haciendo pipí.
Distingo dos voces que se ríen.
- Anda sal.
Una mano pasa por encima mía y me quieta el cinturón, en medio del camino de vuelta se para en mi mano, y poquito a poco tira de mi, haciéndome salir del vehículo, agacho la cabeza y ayudada del pelo, evito que me vean la cara. Pero no por mucho tiempo, al poco una mano se pasa por mi pelo, y destapa allí mismo mi cara, a lo cual respondo cerrando los ojos, en un imposible intento de volverme invisible.
- ¿Por que cierras los ojos?
- Intento volverme invisible.- Vuelven las risas - Pero veo que es imposible.
- Anda tonta abre los ojos.
Lo hago, pero lentamente para no marearme, miro primero a la persona que esta más cerca y puedo reconocerlo, es Fer. Miro un poco más lejos, y veo una persona apoyado en la parte trasera del coche, me cuesta un poco más reconocer, seamos sincero no se quien es, la "oscuridad" no me deja verlo bien.
- ¿Quien es este?
- Enana, vaya susto nos has metido. - Miro atentamente, y veo que si, es el. Alex.
- Joder no había gente en el botellón que ha tenido que venir este. - hago una pausa y lo miro. - No es por nada, si no que me vas a dar un collazo en el trabajo con esto, que no me lo voy a creer ni yo. - Vuelven a reírse, lo que yo no entiendo, no veo la gracia a nada.
- Bueno, tu no querías ir al servicio, pos vamos.
Miro al horizonte y no veo nada, solo campo.
- Eh, Fer tenemos un problema, ¿Donde están los servicios?
- Eh, estamos en medio de una explanada, aquí no hay servicio.
- Pero no íbamos a casa de Oscar.
- Si, pero estamos esperando que suba el, va a ver la forma de llegar sin que nos encontramos ningún control.
- ¿Tanto habéis bebido?
- No es por nosotros.
- Mi padre, es verdad que hoy trabaja.
- Exacto y no es plan, o la buenas tarde Señor, mira traigo a tu hija borracha como una cuba y la llevo a casa de este nota para que su mujer no se entere del vasilon que tiene, ah, y que al final no se quedaba en casa de Marta que le había mentido.
- Joder vaya lió, ¿bueno y cuanto va a tardar Oscar?
- Pues no se salio un par de minutos antes que nosotros.
- Pues yo no puedo hacer pis ahí.
- Venga ya Inés con la vergüenza.
- Que nunca he echo pipí en la calle.
- Siempre hay una primera vez. - Hablo el calladito de Alex.
- Venga que nosotros no miramos.
Dan la vuelta al coche y se colocan mirando el trafico de la carretera yo aprovecho y abro la puerta hasta el tope, le doy la vuelta y me agacho, como mi estabilidad es nula en esta situación, me cojo al pomo de la puerta y al hueco de la rueda. Cuando termino, cojo un pañuelito del bolsillo de la chaqueta.
- Inés te as caído por el retrete.
- Que gracioso, ya estoy un momento.
Me voy levantando mientras dejo caer mi vestido.
- Ya estoy.
Dan otra vez la vuelta mientras yo los espero apoyada en la puerta.
- Ahora ¿dime como lo as echo para tener tan cabreado a Oscar?
- Es el solo el que se cabrea Fer. Yo solo quería que me dejara sola para que se me pasara la fatiga, pero el venga con el ataque de celos, es mas pesado. - Y de repente caigo en que he hablado más de la cuenta.
- ¿Como que ataque de celos? ¿puedes explicarme eso?.
- Claro como poder se puede, pero pa' que explicar, ¿No?
- Deja de hacerte la tonta y explicarme eso ahora mismo.
- Bueno resulta, que el otro día, vino a mi casa con otro ataque de celos, y... - hago una pausa mientra miro a Alex, que esta apoyado en el coche con la cabeza agachada. Vuelvo la cabeza a Fer y sigo hablando - Vamos que empezamos otra vez, pero como amigos tu sabes, no mucho compromiso.
- Eso esta muy bien, ¿y cuando pensabas decírmelo?
- Nunca.
- Ah eso esta mejor.
- Es que lo queríamos llevarlo en secreto.
- Eso esta super bien también, se lo estas poniendo super fácil para que te vuelva a poner los cuernos.
- Eh, podemos dejar el tema, no tengo ganas de hablar de Oscar, bastante que lo tengo que aguantar ahora.
Suena un sonido que hace que Fer busque en sus bolsillos, saca su móvil y lo desbloquea. Después de unos segundo leyendo lo que le han puesto nos comenta.
- Es Oscar que esta en el semáforo de la parte baja, y hasta ahí no ha visto ningún control que va a subir haber si están arriba, así que vayamos metiéndonos en los coches, que ahora nos avisa. Alex, yo voy delante.
Hasta ese momento no me doy cuenta que hay dos coches, el mio y un poco más adelante el de Fer.
- Vale yo te sigo.
- Una pregunta, ¿Por que vamos en dos coches?.
- Porque si no Alex como baja luego.
- Buena respuesta.
Y sin más me subo al coche y me pongo el cinturón, Alex tarda unos segundo más ya que se para ha hablar con Fer. Cuando han comentado no se el que, porque no llego a enterarme, da la vuelta al coche y se sienta en el asiento del piloto, poniendo el cinturón una vez que se coloca bien.
- Vaya la que as liado enana.
Bajo la cabeza al suelo, no puedo mirarle, me muero de vergüenza, porque tiene razón.
- Estoy buscando la frase perfecta para que me perdonéis, la vergüenza que os echo pasar y solo se me ocurre una - Hago una pequeña pausa antes de seguir hablando. -Lo siento.
- No tienes porque disculparte, todo el mundo ha cogido una borrachera en su vida.
- Si pero yo llevo tres en este año.
- Le das fuerte al alcohol.
- La verdad es que no, más bien mi cuerpo no aguanta mucho el alcohol.
- ¿As comido antes de salir?.
- No, y no me eches tu también la bronca.
El dolor de cabeza y los mareos vuelven a aparecer en acción.
- No te voy a echar la bronca enana, no somos  perfecto, ni tu ni nadie.
- Menos mal, con la bronca de Oscar he tenido suficiente, y más si viene acompañado de un ataque de celos.
- No la tomes con el por eso, te quiere y quiere lo mejor para ti. Ademas lo entiendo, no ha sido el único que ha tenido celos esta noche. - Lo miro, y allí en la oscuridad puedo apreciar sus ojos, que miran a través de mis ojos, esperando alguna respuesta a la información que me acaba de dar. -Mas de uno hemos querido estar en el lugar del chaval con el que bailabas
Me quedo bloqueada, no se que decir, solo puedo mirar esos ojos. Pero la mente me juega una mala pasada y me hace recordar a la rubia de tetas postizas.
- Vamos dime tu que no estabas bien acompañado, con esa rubia tan poderosa y tan arrogante. Que te he pisado y no podías dejar de mirarla a ella.
- Porque como te mirara a ti, te tendría que comer la boca allí mismo, o montarte una escena de celos, dependiendo de tu reacción. ¿Estas celosa de la rubia?
Ahora si que no se que hacer, me vuelve a dar vueltas la cabeza, pero esta vez más que antes, comienza a haber una saturación de información en mi mente. Y paso lo que tenia que pasar, no pude aguantar más, el alcohol saco lo mejor de mi, y no pude pensar más allá del momento.
Me acerco lentamente y le cojo del cuello, y poco a poco siento su labios en los míos, y nos fundimos en el mejor beso de toda mi vida.

Unos segundos,( minutos, horas, no se) suena un pito, y despierto a la realidad, me separo y veo los ojos de Alex que se van abriendo poquito a poco, dejando ver dos ojos relucientes. Otro pitido lo llama, y enciende el motor partiendo hacia mi destino.

El camino hasta casa de Oscar, fue un camino de pensamiento, yo me acurruque en el asiento y me puse a mirar por la ventana, pero al momento tuve que cerrar los ojos porque el mareo aumentaba por segundos.