miércoles, 4 de septiembre de 2013

Capitulo 10. Amar significa no tener que decir nunca lo siento.



Llegamos a la puerta de casa de Oscar y allí nos estaba esperando él, con la cara de cabreo cien por cien. Abro mi puerta y intento salir, pero algo no me deja, empiezo a pensar en lo que acaba de pasar, y se me viene algo a la mente, no puede ser, no me estará agarrando para evitar que salga, no quiero mirar hacia atrás, sigo intentándolo pero no puedo, no me dejan salir. Por la izquierda veo una silueta acercándose.
- ¿Inés puedes salir?. - Miro para ver la procedencia de la voz, es Alex que esta apoyado en el capo. - Creo que si te quitas el cinturón podrás salir, ¿o es que no quieres salir?.
- Que gracioso, no me había dado cuenta, gracias por la información.- Me vuelvo en mi sitio y presiono la palanca roja que me deja libre para poder salir del coche.
Una vez que he salido del coche, Alex aprieta el botón de cerrar y me devuelve las llaves, usando un excesivo contacto de manos, y durante un tiempo muy prolongado. Intento mirarlo pero no es gran idea porque no se como actuaria, dejo de pensar en su mano. y hago lo mas razonable en estos casos, bajar la mano y evitar más el contacto.  Me giro y me dirijo sin más preámbulos a mi lugar, a aquella casa con Oscar.
Me paro una vez que paso la verja y me escondo detrás de la puerta, desde donde puedo oír todo.
- Muchas gracias a los dos, se que estabais con las muchachas allí, y os he cortado el royo.
- No hay que dar las gracias- Reconozco la voz de Fer - cuídala vale
-No te preocupes que esta no sale de aquí hasta mañana después de comer. Y ahora le voy a dar algo de cenar. -Este que se a creído, mi padre ¿o que?
- No, de esa manera no digo yo. ¿Sabes de lo que hablamos no?. Que le habrás comido la cabeza a ella, pero que ami no. Tu sabes que yo a ti te aprecio mucho como amigo mio que eres de toda la vida. Pero también sabes que ella esta antes que nadie, y como le hagas daño esta vez te enteras, te lo dije la ultima vez y no te partí la cara porque ella me dijo que no lo hiciera que no valías la pena. y aun así siguió contigo, pero que esta vez no me quedo a gusto hasta que te parta la cara, y te la parto a la primera, no te doy más oportunidades.
- Fer no te pongas así, ella es mayorcita para saber defenderse sola.
- Ella no necesita defenderse de nadie, lo que tienes que hacer, es poner las cartas sobre la mesa y decírselo claro, si no la quieres y para ti solo es una muñequita la cual pasear, la dejas en paz. Que hay tíos que valen la pena y que si la quieren de verdad.
- Fer no me toques el alma, que estoy bastante cabreado y la voy a pagar contigo.
- Yo no te toco nada, eres mayorcito para saber que tienes que hacer con tu vida, y rectificar los errores a tiempo.
- Me voy porque yo no tengo que aguantar esta escena en la  puerta de mi casa, si la quieres para ti y no la tienes, te aguantas y deja a los demás con su vida. Que te crees que cuela eso de es como mi hermana, tu te la quieres tirar como todos los que estamos aquí, entre otros. Pero esta conmigo así que dejarla en paz.
- Mira niñato de mierda te voy a partir la cara.
- Eh, eh, estaros quietos los dos. - Una nueva voz se mete en la discusión la cual me supongo que es Alex.
Suenan unos golpes, unos más altos y otros más bajo. Corro dentro en busca del hermano de Oscar pero no veo nadie y todas la luces están apagadas. Salgo hasta la calle, donde Alex esta cogiendo a Fer por los brazos y lo lleva hasta el coche, mientras tanto Oscar esta apoyado en la fachada de su casa. Me acerco a Oscar y veo que tiene sangre en el labio, cojo otro pañuelito de mi chaqueta y se lo pongo en la boca. Una sombra se dibuja en la fachada que llama otra vez a Oscar a ponerse atento, se echa para atrás y con su brazo me echa hacia atrás suya, colocándose entre la otra persona y yo.
- ¿Alex que quieres? - Dice con un tono bastante alto
- Quiero hablar con ella, ¿Te vienes o te quedas? - Alex usa un tono dulce mientras me extiende la mano.
- Ella se queda, haber si te enteras que esta conmigo, otro como el otro.
- Te he dicho que quiero hablar con ella. - Su tono baja otra vez a un tono dulce. - ¿Te vienes con nosotros?
- No me quedo, lo siento, dile a Fer que mañana voy a verlo. Os quiero a los dos, tened cuidado por el camino.
Una mano me agarra por el brazo y me mete rápidamente en la casa, pero antes veo la cara de Alex alumbrada por la farola, la distingo bien, y se lo que me quería decir. Que lo había defraudado. Pero no me da tiempo de pensar mucho más, ya que tengo a Oscar con ataque de ira, dando portazos.
-Te quieres estar quieto ya- me sorprendo de mi tono de voz, y el también, lo que hace pararse en seco y mirarme.
- Tu cállate, que estas mejor. -Sigue andando por la casa, abriendo y cerrando puertas mientras yo lo sigo muy de cerca. - Es que vives en el mundo de yupi, y no te das cuenta de lo que montas. Y todo por hacerte la chula bebiendo, ¿No?.
Se para y me mira a los ojos, y solo puedo ver un labio reventado y unos ojos que echan chispas.
- Una no puede tener un error en la vida.
- Eres muy mayorcita ya para andar haciendo estas tonterías, y si al menos fuera uno solo, pero llevas tres. Yo que tu pensaba lo que haces con tu vida.
Bajo la mirada, no quiero seguir mirándolo, cada segundo que lo estoy mirando me siento más culpable.
- Lo siento de verdad, - paro un momento para elegir la mejor forma de seguir la frase. - Me siento muy mal por todo, por la borrachera, la pelea y por todo. Yo solo quería divertirme un rato, no creía que esto llegaría tan lejos.
Sin decir más  me voy agachando poquito a poco hasta sentarme en el suelo. Apoyo la espalda en la la pared y meto la cabeza entre mis brazos, y me hundo en un mar de lagrimas. Un ultimo portazo se escucha y  me quedo sola en aquella sala. Poco a poco las paredes van cayendo sobre mi, agobiándome más. Miro a mi alrededor, pero no puedo ver bien, ya que en mis ojos lo que más predomina son las lagrimas. Con la manga de la chaqueta me limpio las lagrimas, pero el agobio no se va, cada vez me falta el aire y decido salir.
Abro la puerta y sigo por el pasillo sin hacer ruido hasta llegar a la puerta de la calle, la cual abro muy despacio pero le dejo abierta para luego volver, salgo por la puerta del patio hasta llegar a la calle, y es allí atrás de mi coche donde decido sentarme en el bordillo. Abro mi bolso y saco el paquete de tabaco, y pienso en hacerme un pitillo pero descarto la idea, no quiero liarla más.
Me pongo a fumar sin parar uno detrás de otro, observando el humo mientras desaparece en el cielo, abstraída en mi conversación interior.
Inés eres tonta de verdad, un cubata, quien se cree lo del cubata, porque yo no. Porque lo has echo, tendrá razón Alex y sera porque estabas celosa de la rubia de bote con tetas postiza, no sabes que no, tu con Oscar estas super bien o ¿No?. ¿Y porque besas a Alex entonces?, uff... que dolor de cabeza, no puedo pensar, voy a ver el móvil y así me despejo un poco.
Saco el móvil de mi bolso y comienzo a mirar, varios whatsapp, pero nada interesante en pocos minutos he terminado de leerlo todo.
Necesito mirar algo, lo mejor sera que cotillee los perfiles de whatsapp de la gente.
Le doy a mi lista de contacto y voy mirando uno por uno, viendo sus fotos y los estados.
Después de tres contactos aparece allí Alex, le doy y miro su perfil, tiene una foto de él con un cubata y de estado una frase de tan solo siete palabras, pero cada una se me clava dentro.

No pierdas un amor por un error. 

Me quedo mirando la pantalla mientras que de mis ojos brota un manantial de lagrimas. Después de unos minutos suena el ruido de un portazo, lo que reconozco como la puerta de la casa de Oscar, cierro el móvil, y lo meto en el bolso junto con el paquete de tabaco, y en ese mismo momento sale Oscar por la puerta dando una carrera hasta la moto que esta en la parte delantera de mi coche, saca el casco del cubo y se sienta en el asiento, mete la llave en el contacto y arranca. Da un giro de 360º grados y pasa por delante mía, en ese momento me levanto del suelo, dejándome ver. A lo que precede un frenazo, Oscar gira la cabeza y me mira, quita la llave del contacto y se baja poniendo la pata de la cabra antes de dejarla, luego se aproxima con paso firme mientras se quita el casco, y en aquellos ojos solo puedo ver dolor, pero no se porque, no reconozco la rabia que tenia antes.
- Creía que te habías ido
- Andando ¿no? -Me limpio con la manga un poco.
Mira el coche y se sorprende de verlo.
- He salido tan rápido y no lo he visto. - Se acerca más hasta estar a un centímetro de mi, con una mano me coge la mano que se encargaba de limpiar el mar de lagrimas de mi rostro, y con la otra me quita las pocas lagrimas que quedan vagando en mi rostro. - Tenia miedo de que te hubieras ido.
- Miedo tu
- Si como todos, no te creas que estoy echo de piedra. - Me coge del cuello y me acerca a sus labios, cuando siento el roce, vuelvo la cara. - ¿Que te pasa?
Muchas dudas comienzan a rondar en mi  cabeza.
De verdad quieres estar aquí con el, o lo que quieres es irte, y comerle la boca a Alex. El te ha comprendido y no te a llamado niña pequeña. El te trata como alguien especial, no como alguien que siempre esta ahí, la cual no hay que cuidar. Pero de verdad quieres tu eso, de verdad quieres alguien que este contigo, y se preocupe de ti las 24 horas del día. Puede ser que ya sea hora de comenzar una vida centrada.
Oscar me coge de la barbilla y me gira cabeza hasta que nuestros ojos se miran otra vez.
- ¿Que te pasa?
- Nada estoy pensando.
- Antes de que termines de pensar, lo siento por todo lo que te he dicho antes, lo del coche y lo de la casa. No tenia que haberte hablado así, tu no tienes culpa de mi cabreo. Te quiero Inés y eso siempre tienes que saberlo.
- Si pero te has pasado con Fer, sabes perfectamente que somos como hermanos, y sabes que es verdad.  Lo peor de todo que yo a pesar de saberlo, que te has colado con él, voy y me quedo aquí.
- Te quedas aquí porque me quieres, y no te preocupes por Fer que mañana mismo hablo con él y lo arreglo todo.
- Y con Alex.
- Con ese no tengo nada que hablar, no es mi colega, y encima es verdad lo que le he dicho, él si quieres acostarse contigo.
- Pero que dices.
- Yo siempre me pregunto si te haces la tonta o es que de verdad no pillas cuando un tío se quiere acostar contigo.
- O tu ves tíos que se quieren acostar conmigo por todos lados. ¿Puede ser celos? yo que tu iba al medico y me lo miraba. - Cambio la cara, mostrando una pequeña sonrisa en mis labios.
- O es que tengo a la mujer perfecta y no quiero que me la quiten.
- Nosotros no somos nada. Somos solo amigos que se ven de vez en cuando.
- Pero eso puede cambiar ¿No?
- Como poder se puede, pero ahí que querer.
- Yo quiero, hoy me he dado cuenta que quiero, que te quiero solo para mi. No puedo verte con otros, hoy cuando te he visto bailando con aquel chaval, me hervía la sangre, vamos que menos mal que te he tenido que traer, porque si no le hubiera partido la cabeza.- Hace una pausa y me coge de la barbilla subiéndome la cabeza para mirarme bien a los ojos mientras se acerca lentamente. - ¿Que piensas? ¿crees que podríamos  ser novios formales?. Quiero pasear cogido de tu mano, llevarte al cine, compartir las noches en mi cama contigo, hacer las cosas típicas de pareja, las cuales nunca hemos podido hacer.- Me coge un mechón de pelo y me lo pone otra vez en su sitio. - Dime que si, y me harás el hombre más feliz del mundo.
Retiro mi rostro de su mano y me giro dándole la espalda. solo una frase se me viene a la mente en ese momento.

No pierdas un amor por un error. 

Y si me voy ahora, y lo pierdo todo. Quien dice que Alex no es más que un capricho, o si el solo me quiere para acostarse conmigo, como muchos otros antes.
Siento dos manos que se apoyan en mis hombros.
- Dime que si, por favor, no quiero perderte ahora que se lo mucho que te amo.
Y allí esta esa palabra, nueva en el diccionario de Oscar, y que se vierte en mi, hundiéndose en mi interior, para sacar unas mariposas en mi estomago.
- Repite eso - Consigo decir, sin que las lagrimas me silencien.
- ¿El que?, Que no quiero perderte ahora.
- No- Las lagrimas me silencian un momento, pero consigo terminar con mucho trabajo. - lo otro.
- Que te amo.
- Si eso.
Me gira de un solo movimiento y me pone mirando otra vez hacia él.
- Te amo. - Me agarra de la barbilla - Te amo - Se acerca más todavía. - Te amo.
De mis ojos caen dos lagrimas, que es capaz de recoger fácilmente.
- Te amo, tal y como eres, amo tu carácter, amo tu sonrisa, amo tus lagrimas, amo la forma que me quieres, y creo que no quiero dejar de amarte, y quiero estar contigo, quiero darte todo lo que te mereces.
Mi mente se satura con toda la información que ha recibido hoy, pero consigo poner algo en claro. Yo lo quiero y creo que este es mi sitio.
- Si.
- ¿Si que?
- Si quiero empezar una relación estable contigo.
Me coge de la cintura elevándome en el aire.
- Sabes que me has echo el hombre más feliz del mundo, quiero gritarlo a los cuatro vientos. -Sube el tono hasta llegar a un grito - ¡La amo! - concluyendo con un beso en mis labios todavía mojados de las lagrimas.
- Shh, los vecinos que te van a echar del barrio.
- Ahora mismo me da igual todo, solo que quiero tenerte en mi cama.
Y sin decir más me coge dejándome sentada entre sus brazos.  Entramos en su casa con algunas dificultades con la llaves, pero en poco tiempo conseguimos llegar hasta su cuarto donde nos fundimos en una noche de amor y locura.



14.39

Abro los ojos, acompañado de un dolor agudo de cabeza, y una sed, que me bebería una garrafa de cinco litros de agua. Miro a mi alrededor pero estoy sola en aquella cama. Me levanto un poco trastornada de la fiestesilla del día anterior y me dirijo al salón donde se escuchan voces. Exactamente allí están los dos hermanos, jugando a un juego de fútbol en la play, por lo cual me queda una tarde de aburrimiento, viendo como se marcan goles uno al otro. Me quedo en la puerta mirando como discuten sobre la ultima jugada, todo eso con reproches de quien juega mejor que quien. Pero yo no puedo dejar de mirarlo a él, esta feliz, como un niño chico.
- Parecéis dos niños chicos ¿lo sabéis?
Por fin llamo la atención de los dos que me miran, no sin antes haberle dado al pause, para no perderse ni un minuto de juego.
- Por fin despierta mi princesa,- Se levanta del sofá, para poder venir donde estoy yo. - ¿Como as dormido hoy?
- Muy bien la verdad, lo que pasa que me he levantado con un poco de sed.
- Cuñada eso es la resaca. - Creo que me tendré que acostumbrar a que Gabi me llame cuñada.
- ¿Cuñada? - Mi tono de sorpresa desorienta un poco a los hermanos.
- Lo que hablamos ayer, ¿Te acuerdas?, tan borracha no estabas como para olvidarte ¿no?
- Anoche, tu y yo hablamos. La verdad es que no me acuerdo de nada, a partir del tercer cubata. ¿Paso algo interesante anoche?
- ¿Como que no te acuerdas de nada? Con dos cubatas eso no es normal, ¿quien te dio los cubatas? - y es ahí donde la mente de Oscar se empieza a rayarse y pensar en droga en la bebida,etc. Así que tendré que dejar la broma.
- Que si tonto, claro que me acuerdo me estaba quedando contigo, que inocente eres. - Le doy un pequeño beso en los labios, que me saben a agua. Hablando de agua necesito agua. - Creo que tengo hambre y sed, sobre todo sed.
- Normal que tengas hambres son las tres y media de la tarde. - Me enseña el reloj de su muñeca y efectivamente son las tres y media pasadas. - He preparado la comida, si quieres vamos a la cocina y comemos.
- Me parece perfecto.
Vamos a la cocina que se encuentra en el otro lado del salón, es amplia y con una mesa en medio, donde hay puesto un mantel, preparada para dos personas. Me dirijo al armario de los vasos para coger uno mientras Oscar coge algo del microondas.
- ¿Que haces?
- Coger mis cosas para comer, si miras en la mesa solo están vuestros cubiertos.
- Mi hermano no come aquí con nosotros, va a comer en el salón.
- ¿Por que?
- Porque come mientras ve la tele.
- Y eso de socializarse con las demás personas donde se queda, tanta tele os va a volver tonto. - Miro al salón y allí lo veo, cambiando de canal en la tele. - Gaby anda ven aquí con nosotros, que la tele siempre esta ahí.
- Da igual Inés estoy aqui bien.
Vuelvo al salón y cojo el mando de la tele de sus manos.
- Como tu nueva cuñada, te pido que comas con nosotros y me pongas al día de tus noticias. - Aprieto el botón de apagar la tele, y nos dirigimos los dos a la cocina.

18.00

Después de comer con los chicos en la cocina, recogimos la mesa, para proceder a que ellos se pudieran ir cuanto antes a jugar a la play otra vez. Lo peor no es eso, lo peor es que son las seis de la tarde y sigo aquí metida mirando una pantalla de televisión con unos muñequitos pasándose la pelota y de vez en cuando unos gritos por parte de los hermanos que se frustran cuando uno de los dos ha echo trampa.Y aquí empieza mi vida como novia formal de Oscar, y que haya gente que le encante esta vida de pareja y que cuando dejan a su pareja, se van en busca de otra rápidamente, yo sinceramente no lo entiendo.

Me levanto del sofá ya cansada de tanta play y me dirijo a la habitación de Oscar, donde rebusco un poco y encuentro su toalla de la ducha detrás de la puerta, abro el armario y en el fondo encuentro una bolsa de plástico llena de ropa mía que se me olvido hace ya bastante. Abro la bolsa y encuentro lo esencial unos pantalones corto, una camiseta de tirantas y la ropa interior. Por lo que se puede ver aquella vez que traje la bolsa hacia sol y buena temperatura, no como ahora que la buena temperatura quedo muy atrás, por lo que me voy a morir de frió con esta ropa. Miro en las estanterías de ropa de Oscar y cojo una sudadera, ya tengo la solución para morirme un poco menos de frió. Cierro todas las puertas y me dirijo al baño, donde en pocos minutos estoy bajo una lluvia de agua caliente, que me devuelven un poco la paz y la tranquilidad de mis pensamientos más profundos.

19.13

Dejo el cepillo en el lavabo, me miro por ultima vez en el espejo, en el cual puedo ver un rostro bien distinto del que apareció antes de la ducha. Mis cabellos lacios, gracias al secador y el peine, caen de forma ordenada sobre mis hombros hasta llegar a la mitad de mi cintura, cubriendo parte de la camiseta azul oscuro de tirantas. Y luego aquellos pantalones corto de verano, que después de meses sin utilizarlos me demuestran que estoy un poco mas delgada, ya que no se quedan en su sitio y me bailan en las caderas.
Me coloco otra vez bien los pantalones pero es imposible, se vuelven a bajar, cojo una de las tiras que tiene para el cinturón y salgo a la habitación de Oscar a ver si me viene bien algunos de sus cinturones.
Abro la puerta de su habitación y allí me lo encuentro en pantalones vaqueros largos y el torso descubierto donde puedo apreciar pequeñas gotas que caen de sus cabellos. Se gira para mirar quien ha entrado en la habitación y me saluda con una pequeña sonrisa.
- ¿Se tarda una hora en ducharse?
No lo dejo de mirar mientras camino hasta colocarme en frente suya.
- Una tarda lo que tenga que tardar. ¿Tienes algún problema con eso?- Acompaño esta frase de una pequeña sonrisa picara.
- Cuanto mas tiempo pierdas en esas pequeñas cosas, menos tiempo tenemos para disfrutar juntos.
- Y que tienes pensado hacer, si se puede saber, porque hasta donde yo se, tu eres el que se ha llevado toda la tarde jugando a la play. Así que muchos planes, como que no tienes que tener.
- Tengo muchos planes, el primero puede ser ayudarte con tu problema con los pantalones, - Mira hacia mis pantalones, y me coge la mano que se ocupaba de que no se me cayeran, menos mal que del culo no pasa.
- Buena idea, déjame un cinturón.
- Yo tenia pensando otra solución. - baja la mano otra vez y me quita el botón. - Nunca te han dicho que sin problema no hace falta ninguna solución.
Baja las dos manos y con delicadeza empieza a quitar la cremallera, por lo que ya si que pasa la barrera del culo y cae al suelo rápidamente.
- Bueno bueno, me llevo toda la tarde viendo como juegas con tu hermano a la play, y por fin a estas horas, al niño le interesa jugar conmigo.
Coloca sus manos en mis caderas, a las que solo las cubre unas bragas de encajes. - Si tu me lo hubieras dicho, lo hubiera dejado todo por ti, creía que estabas muy cansada y necesitabas echarte un poco en el sofá.
- Si eso suena a un plan perfecto después de haber dormido hasta las tres de la tarde.
- Bueno perdóname.- coloca sus pulgares entre las bragas y mi cuerpo y comienza a tirar lentamente hacia abajo. - Bueno si no me perdonas - Comienza a besarme en la boca y por el cuello y yo sigo quieta, intentando pensar en algo. -Podríamos. - Sigue bensandome bajando por mi cuello, se sienta en la cama y me atrae hacia el sin dejar de besar mi cuerpo, moviendo de un lado a otro la camiseta que le molesta en aquel recorrido infernal para mi, que me deja en vuelta en unas ganas enormes de abalanzarme hacia el. Pero algo me lo impide han dejado de besarme y sus manos ahora me bloquean. - Vamos que si no quieres perdonarme lo dejamos aquí.
Le miro intensamente. Sera capullo, pero que le vamos a hacer, los capullos nos atraen mas.
- Te perdono con la única condición, que ahora demos una vuelta, no quiero encerrarme en mi casa hoy, vamos ni en la tuya.
- Claro ahora nos damos un paseo.
Y después de decir todo lo que teníamos que decirnos volvemos al lió, que era lo importante.
 

21.30

Después de un buen rato en casa de Oscar, por fin decidimos salir un rato y disfrutar de este sábado como solo los jóvenes sabemos hacerlo.
Vamos en la moto de Oscar camino de la explanada donde los demás están reunidos tomándose litros de cerveza, antes de arreglarnos para salir por la noche. El camino de arena hasta llegar al explanada esta minado de baches lo que dificulta la conducción de Oscar, pero con movimientos precisos del manillar de la moto vamos esquivando todos los baches. Después de un kilómetro de carretera, bueno a eso no se le puede llamar carretera, mas bien la podríamos llamar, camino, conseguimos llegar a nuestro destino. En el fondo puedo ver la farola que esta rodeada de coches y motos y nuestro banquito en medio, donde algunos de los afortunados que llegan antes se sientan, también están los listos que llevan las sillas de playa, como yo, siempre con asiento a donde vayas, eso es importante.
Conforme me acerco miro y comienzo a reconocer caras. Ellos también nos reconocen a nosotros. Como no puede ser de otro modo, Oscar esquiva los coches y lentamente mete la moto hasta llegar a la parte de atrás del banco donde para el motor. El siempre tiene que tener a "su niña" ,que es como la llama, controlada y que nadie se le ocurra ni hacerle un rasguño, que se la carga.
Nos bajamos de la moto y saludo a un par de personas que se acercan a preguntarme como estaba después del vasilon de anoche. Me sorprende una mano que se agarra a la mía, miro y allí donde esta mi mano derecha, hay otra que la agarra fuertemente. Es Oscar que me agarra la mano, y busca un hueco entre mis dedos, le ofrezco el hueco y nos quedamos así unidos por los dedos mientras nos movemos de un sitio a otro saludando a la gente, y comentando anedoctas de la noche pasada.
A lo lejos distingo un grupo de figuras que no dejan de mirar y hablar entre ellos, y los reconozco en seguida. Son Marta, Inés, Fer y Alex. Me vuelvo a Oscar y le interrumpo una charla muy emocionante sobre deporte que estaba manteniendo con uno de sus colegas.
- Nene, ahora vengo, que voy ha hablar con Fer y esta gente. - Intento soltar mi mano pero Oscar la agarra mas fuerte.
- Espera que voy contigo. - Vuelve a mirar al colega. - Ahorra mismo vuelvo y seguirnos hablando, que voy a acompañarla.
Se da la vuelta y comienza a andar dirección a Fer y los demás, yo lo sigo un paso por detrás y desde allí veo sus andares, con paso firme, sin vacilar ningún movimiento, y grandes zancadas que me hacen ir mas rápido para así poder seguir su ritmo. Por lo que me da la impresión que no esta comodo en esta situación y cuanto antes llegue allí antes se va a volver.
Llegamos a donde esta Fer y los demás y saludo con una sonrisa por que la mano de Oscar no me suelta y cada momento aprieta mas.
- Hombre por fin te dignas a venir a vernos, -dice Marta pero con un tono de enfado, furia o algo por el estilo.- tengo que hablar contigo de una cosa muy importante. - lo que traduce mi mente como "tenemos que hablar, porque no me explico como estas otra ve con este capullo.
- Si tenemos que hablar de muchas cosas, luego hablamos.
- ¿De que tenéis que hablar? - El tono cortante de Oscar hace que todos los presenten lo miremos. - No sera de porque tenemos cogidas las manos, porque para hablar de eso, lo podéis hablar aquí.- Hace una pausa.- Mira ya te lo explico yo y no os molestáis en hablar. Si esta conmigo te guste o no, y para darte mas información por si quieres ir cotilleando por ahí estamos totalmente en serio,vamos que no nos vamos a esconder ya de nada ni de nadie, que aquí el mercado esta muy solicitado - cambia la mirada hacia los chicos. - Ella es feliz, y eso tiene que ser lo más importante. ¿O que pensáis ustedes?
El ambiente se calienta pero nadie es capaz de hablar, las caras lo dicen todo. La situación se vuelve incomoda por segundos y aunque me cueste ,por la vergüenza que acabo de pasar, consigo decir.
- Oscar, ya vale. Es mi amiga y tenemos que hablar tenemos muchas cosas que decirnos.
- Inés déjalo ya se ha quedado todo claro. -Marta deja de mirar a Oscar, para centrar la atención otra vez a mi. -Un día que no estés tan ocupada me llamas, vamos si te deja aquí el guardaespaldas este que te has buscado.
- No soy ningún guardaespaldas soy su novio, ave si analizas este concepto nuevo que te acabo de dar, ya que en tu vocabulario dudo que este.
- Mira chaval, - Marta sube el tono hasta llamar la atención de buena parte de las personas que se encuentras allí. - A mi me vas a dar clases tú, que entiendes tu por novia, muñequita que paseo por todos lados sujetándola de la mano para que no se me escape, y a la cual dejo tirada cuando me canse de ella. Eso es para ti tener novia, así que no me vengas ahora con tonterías.
-Marta y Oscar parad ya, es algo incomodo para mi que estáis discutiendo. Así que por favor dejad ya las armas de combate.
- Lo siento cariño. - baja la cara hasta llegar a la mía y me planta un beso en la boca. - Yo solo quiero hacerte feliz y lo sabes.
- Pues si me quieres hacer feliz deja de pelearte con mis amigos, por que ellos- Los índicos a cada uno de ellos con el dedo. - Son mis amigos.
- Bueno que rápido se ganan unos el cariño de amigo - Oscar mira a Alex que le recibe con una mirada de asco junto con pequeños matices de furia.
- Todos son mis amigos a si que déjalo ya.
- Vale, vale ya no hablo más. Podemos ir allí que están Vanessa y Juan, y así hablamos de que vamos ha hacer esta noche.
- No me voy a quedar aquí con ellos, tu si quieres ve ha hablar con quien más te convenga a ti, cuando quieras, yo voy a estar aquí.
- No nena, yo me quedo aquí contigo.
- No tienes porque estar controlándome las veinticuatros horas del día ahora.
- No te controlo a ti.
- Mira chaval, no te aguanto más,- Fer me mira y sigue hablando. - Me has decepcionado.
- Ahora tiene que hacer lo que tu digas o ¿como va esto?
Fer comienza a andar hacia Oscar con un puño cerrado y la mirada desorbitada.
- Fer no vale la pena meterte en líos con este que no vale ni un duro. - Marta lo coge de brazo intentando parar a Fer. - Fer por favor.
Alex se coloca en frente de Fer y le comienza ha hablar.
- Tío pasa que el ha venido para eso, para sacarnos de nuestras casillas. No caigas tan bajo.
- Yo no me explico como este tiene voz y voto a aquí. Es el ultimo que llega y se cree ya amigo de todo el mundo.
- Mira quien va hablar - Alex sigue hablando pero sin girar la cabeza que sigue mirando a Fer. - El que no se merece nada de lo que tiene.
- Eso lo dices porque quisieras ser como yo, chaval si a ti no te eligieron no vengas dando pena, bueno es verdad que lo único que sabes hacer es dar pena, se me olvidaba.
- Mira yo paso ya - Me suelto la mano de un tirón. - Me voy.
Comienzo a andar hacia la oscuridad, y escucho unos gritos de gente discutiendo, cada vez los oigo mas bajo y me voy adentrando en la oscuridad. En un momento de debilidad miro hacia atrás y lo veo toda la escena desde una buena distancia, veo a todo el mundo en un circulo alrededor de donde debía estar yo con mis colegas. Los que están mas alejados de la escena no paran de mirar hacia mi, hablando entre ellos.
Que bien la montas Inés ahí se puede ver perfectamente lo que la lías, todo el mundo tranquilos hasta que llegas tu y mira el tenderete que has montado, entre esto y lo de ayer, vas par darte un premio de marronera del año.
Mis ojos se empiezan a humedecer y algo en mi pecho empieza a oprimirme, corro adentrándome cada vez mas en la oscuridad, pasando setos y arboles hasta llegar a un camino estrecho que solo permite que pasen por el bicicletas y poco más, esta es es nuestra solución a las 4 de la tarde los días que no tenemos coche ya que es la forma mas directa de llegar desde la ciudad si no vas con vehículo. Pero nunca la cogemos de noche porque esta muy oscuro, ademas de tener asentamientos de rumanos a los alrededores, y por el lado izquierdo la única compañía de la corriente del rió.
Sigo corriendo evitando tropezarme con alguna piedra y caer. Al otro lado puedo escuchar coches que a toda velocidad pasan de un lado a otro de la explanada, lo que me provoca que aumente la velocidad para salir de allí cuanto antes. Llego al final del camino, ya solo queda el ultimo empujón de subir una cuesta y ya llego a un pequeña acera que pasa por el lado derecho de la autopista que entra a la ciudad, aligero el paso pero ya no corro, para llegar a esta zona en coche hay que dar una vuelta muy grande y la incorporación esta bastante lejos. Sigo andando sin parar de mirar al suelo, y cuando la visibilidad me lo vuelve a permitir miro hacia la explanada, y mi rincón de la farola. Pero allí ya no se ve gran alboroto,  tan poco es que se pueda apreciar muchos detalles desde aquella distancia. Veo a la mitad del camino pequeño, gente corriendo y mucho más atrás en el principio una moto que se adentra en el. Comienzo a correr otra vez con la cara llena de lagrimas, intentando por todos los medios que nadie me vea. Llego al final de la acera que da a un semáforo que une la autopista de la ronda de circunvalación, espero unos segundos hasta que el muñeco se pone en verde y vuelvo  correr perdiéndome en aquella ciudad que me dio la vida la cual me conoce demasiado bien, y sabe ofrecerme lo que necesito en cada momento.  


23.00
Me encuentro sentada en un banco del paseo, rodeada de bares y casas por el lado derecho y la orilla del rió por el otro, un rió que separa la ciudad en dos, que gracias al hombre esta unida por grandes puentes de una belleza de hiero que para mas de uno hace sentir pasión.
El aire viene desde el rió, por lo que trae humedad y frió. Un frió que no consigue parar los pantalones cortos y la sudadera, así que me acurruco entre mi cuerpo y consigo aliviar un poco aquella temperatura. Cierro los ojos y coloco la cabeza entre las rodillas, pero la luz del móvil me devuelven al exterior. Miro rápidamente por si es mi madre, pero aparece otro nombre, uno de los cinco nombres que me han llenado la bandeja de llamadas, de los cuales he recibido bastantes whatsapp, SMS, etc. Y eso que cuando llegue aquí le mande uno a uno un SMS. Un simple SMS que contenía más que palabras.

Lo siento por haberme ido, pero necesito estar sola, estoy bien. Gracias por preocuparse de mi, ya os llamo luego cuando me encuentre mejor. No llaméis a mi casa que no estoy allí y no quiero que los preocupéis.

Pero aun así no ha parado de iluminarse esa pantalla, y la batería del móvil se va agotando por minutos.

No dejo de pensar, intento culpar a alguien de la escena de hoy, pero nada se queda claro, la principal culpable desde mi punto de vista, he sido yo, ya que la discusión a sido por mi, luego esta Oscar que no se que le ha picado, esa forma de hablarle a mis amigos, y tampoco puedo olvidarme de Marta, Fer y Alex, que dos no discuten si uno no quiere. Marta no ha sabido comprenderme, va a lo suyo y a lo que opina, no ha debido hablarle de aquella manera a Oscar. Fer, ya se que lo he decepcionado, pero me duele que no me apoye, es la decisión que he tomado y es mi amigo y creo que debería de haberme apoyado, por que los amigos están para lo bueno y lo malo, y el no lo ha demostrado ahora mismo. Y Alex, el no debía de haber estado allí, que es mi compañero de trabajo y ya tiene mas amistad con mis colegas que yo con ellos, es que no me explico porque siempre tiene que estar. Ah y que no se me olvide ese comentario que no venia al caso, debería decirle que olvide lo del beso, ese beso, ese beso,... . Aunque me duela ahora, ese beso, no significa nada en mi presente.

Otra vez la luz blanca del móvil me hace abrir los ojos, y allí si esta esa palabra, que tanto pánico da en algunos momentos. Mama. descuelgo el teléfono y respondo.
 - Dime.
- ¿Donde te as metido?
- Ya voy para casa.
- Tu hermano se ha llevado tu coche, porque tu tienes el suyo y no se lo has devuelto.
- Ahí si es verdad, bueno entonces para esta noche me tengo que quedar con su coche.
- Si esta noche y mañana, se ha ido al piso de unos amigos a la montaña y no vuelve hasta mañana por la noche. Ah, también me ha dicho que la gasolina corre a cuenta tuya, que siempre le dejas el deposito vació.
- Bueno le diré a papa que mañana me deje 40 euros y le echo 20 al coche del hermano y 20 a mi coche cuando me lo devuelvan.
- Hablando de tu padre, que vuelvas ya que se va a trabajar en un rato y no te va a ver hasta mañana, y quiere verte que hoy no te ha visto ni un pelo.
-Vale dile que voy para allá, que se espere un momento que quiero verlo, que tardo quince minutos en llegar.

Finalizo la llamada y salgo corriendo dirección a mi casa, y esta vez no corro por huir, si no mas bien para desahogar la rabia que me come por dentro, después de aquella meditación.

sábado, 27 de julio de 2013

Capitulo 9: Buscando la frase perfecta.

23. 45

Miro el reloj, no me lo puedo creer son las doce menos cuarto y me acabo de levantar de la siesta.

Suena a lo lejos un sonido, demasiado familiar, es el portero automático, en mi pueblo es el porterillo. Quien sea esta desesperado ya.
Corro por los pasillos de mi casa, que están sumido en la mayor penumbra. Después de un carreron llego a la entrada y  contesto al aparato antes de que su sonido vuelva a sonar, a esta poca distancia su sonido es demasiado molesto.  Con mi mejor voz, para que no se note que me acabo de levantar, digo.
-Diga
-Diga ni diga - El tono de la voz de Marta es de un cabreo monumental - Se puede saber porque no das señales de vida, son las doce casi y tu desaparecida. ¿Que te ocurre en la cabeza?
- Bueno, bueno que ya me estaba arreglando, ¿A que hora hemos quedado?
- ¡Ya!, así que abre que te traigo la ropa.
-Se me había olvidado que me traías la ropa.
- Eso lo sabia yo, abre que me estas cabreando por segundo.
Dirijo la mano al botón azul que abre la puerta del portal. Mientras que Marta sube por el ascensor yo me miro al espejo de la entrada, intentado sacar una solución para que cuando Marta llegue no se de cuenta de que me acabo de levantar. Es algo imposible así que desisto y le abro la puerta con el pijama. A lo que precede una cara de horror por su parte.
- ¿Como que ya te estabas arreglando?. Te acabas de levantar mamona.
- Eh si, pero sabes que tardo muy poco en vestirme.
Me giro rápidamente y Marta aprovecha para darme una patada en el culo con sus tacones de doce centímetros.
-Ahí, eso a dolido.
- Correeeeeee...
- Voy voy
Salgo corriendo por el pasillo, llegando a mi cuarto para coger la ropa interior del cajón. Una vez que tengo todo lo esencial entro en el cuarto de baño, y ni me molesto en echar el pestillo porque Marta siempre lo acaba abriendo, y usurpa el espejo para retocarse, porque una mujer nunca esta lista.
Me ducho en pocos minutos, teniendo a mi amiga al otro lado de la mampara contándome las novedades de hoy en clase. Me coloco la ropa interior y salgo a mi cuarto donde encima de la cama se encuentra la ropa que me a traído Marta.
Me fijo bien, y como no, solo me ha traído un vestido con un escote que da miedo, la espalda al aire y un poco que muy corto. El típico vestido de Marta.
- Eh, ¿mas tela no había para el vestido?
- Inés, tu siempre tan puritana.
- No puritana, lo que pasa que yo no necesito enseñar hasta el alma para que los hombre se fijen en mi. - Esto se llama golpe bajo, lo siento Marta.
- ¿Quieres otra batalla de quien liga mas?
- No, siempre gano yo, así que no hace falta demostrar lo que ya esta demostrado.
- Inés yo no te lo quería decir, pero ya estas vieja, los hombres ya te ven como una pureta.
- Pero que dices si tengo solo siete meses más que tú. Quien te lo haya dicho que venga y me lo diga a la cara.- y suelto una carcajada.
- En estas edades siete meses se nota mucho, se te empiezan a caer los pechos, te salen arrugas, patas de gallos, coges peso, te salen canas. Ah no es verdad que ya tienes canas. ¡Oh! yo te veo muy mal.
- Seras...
- Si soy perfecta ya lo se - Me mira fijamente con los cuatro kilos de maquillaje que lleva encima. - Pero me quiero ir de fiesta y tu me lo estas impidiendo.
- Celosa.
- Yo ¿Por que?, ¿por ti?
- Si y lo sabes. Solo hay que verte cuando Fer me abraza, o me come la cara a besos, tus ojos se llenan de celos. Pero tranquila que yo no le digo nada - Guiño el ojo mientras chasqueo los dedos de mi mano derecha y luego me giro lentamente cogiendo el vestido de Marta para ponérmelo.
- Y que sigamos siendo amigas, después de todo lo que nos hacemos, es un milagro.- En su cara apareció una pequeña sonrisa, porque aunque nos llevamos como el perro y el gato, nos queríamos.
- Si no recuerdas mal, una vez fuiste mi enemiga, pero no nos salio rentable eso.- Mi tono cambia a ser un poco serio, le verdad no me gusta hablar de mi pasado.
- Claro yo tenia la belleza y tu a todos los tíos, porque claro tu no podías ser normal, tu eras la niña tonta que gracias a su suerte todos los hombres guapos del instituto la trataban como una hermana, por lo cual tenias lo que me faltaba a mi, gran confianza con los guaperas.
- Eh, ¿me estas diciendo que era fea?
- Tienes que reconocerlo, eras bastante feilla lo que pasa que tuviste suerte en la vida.
- Dejemos el pasado atrás.
-¡Uhi! ¿te ha dolido?, lo siento no quería remover tu pasado- Y me imita guiñando el ojo y chascando los dedos pero ahora en ves de dar la vuelta me tira un vestido que tenia en la mano - Toma esto, como sabia que no te ibas a poner ese vestido te he traído esto también.
Cojo el vestido que han caído encima de mi cama, y las observo bien, es de Marta por lo cual tiene que verse carne por todas parte. Me sorprendo al ver que es un vestido normal. Me llega por la mitad del muslo,  tiene un corte debajo del pecho y desde ahí se abre en una falda de tabla, el escote es de barco y es de un rosa coral precioso.
- ¿De donde as sacado este vestido? Por que la verdad no te pega nada.
- Te lo he comprado, para que veas lo mala amiga que soy. En vez de dormirme la siesta como otras me he ido de compras y yo me he comprado esto- Me guía con las manos, para que vea su vestido. Es de cuero negro y ajustado a su cuerpo, tan ajustado que no cabria ni un gramo mas. - Y a ti te he comprado eso, porque cuando lo vi era claramente estilo Inés.
- Muchas gracias - Y de un salto me tiro sobre ella, pero es mala idea porque se me queda pegado su vestido. -Se me acaba de quedar pegado tu vestido
- Normal chica, es cuero.

01.18

Cojo la ultima curva frenando un poco para no estrellarnos con un muro, cuando escucho una voz mas fuerte que la música, y mira que eso es difícil porque Marta pone la radio a todo volumen.
- ¿A donde vais locas?
Freno en seco y miro por el espejo retrovisor, en el veo un grupo de unos siete tíos que vuelven, de la esquina oficial de mear de los tíos hacia la calle del botellon.
-Marta, ¿Quienes son?
-Espera que miro. -Como no Marta y su forma de averiguar las cosas, la lleva a sacar medio cuerpo por la ventanilla- mira quienes son.
-¿Quienes?
Pero ya llego tarde, Marta a salido del coche y se dirige a saludar. Por lo cual solo me queda una opción, poner el coche lo mejor posible y ir a averiguarlo yo misma. Meto primera y acerco el coche lo mas posible a la acera. Me bajo del coche y allí entre la oscuridad puedo distinguir varias caras. Una de ella se acerca lentamente mientra me dice.
-Que tengamos que vernos porque un amigo mio quede con un amigo tuyo.
No me lo puedo creer, el cuerpo se me empieza a acelerar. Solo me pasa una frase por la cabeza.

 El pasado siempre vuelve.

 Lo miro buscando alguna similitud de aquella persona que recordaba, pero no puedo encontrar nada, después de varios años, no se parece en nada a la persona que yo recordaba.
-¡Venga ya, Toni!. ¿Que haces tu por aquí?
- He vuelto. Bueno volví en Septiembre. Me vine a vivir con mi padre.- Hace una pequeña pausa esperando algo, que claramente yo no se que es- Lo que veo que tu as cambiado tela. ¿Donde esta esa niña tan correcta que cuando te veía te daba dos besos en las mejillas?.
-Que tonto eres. - Me acerco y le doy dos besos- Bueno cambiado he cambiado.
- No eso no hace falta que me lo digas - Me mira de abajo a arriba - La ultima vez que te vi, eras una niña y ahora eres una mujer.
Era una niña y el fue mi primer amor no correspondido. Miro al fondo y veo que todos nos miran.
-Bueno venís para el botellón.
- Si, ademas nos hemos puesto con vosotros, tu amigo Fer ha montado una fiesta.
- Me lo esperaba, cada vez que vuelve monta una fiesta.
Una voz me llama desde el otro lado.
-Deja de pelar la pava y vayámonos. - Como no Marta y sus grandes ideas, que surgen un efecto en mi, dejándome con los cachetes colorados y un efecto en Toni, que se ríe.
-Venga si vayámonos, que me tienes desesperada.
Me monto en el coche y al segundo tengo a Marta dentro, arranco y cuando procedo a meter la primera marcha, una mano me para.
-Espera, que le voy a decir a esta gente que se venga total son pocos metros y los titis no van a estar por aquí.
-Marta no - Pero vuelve a ser tarde, ya se encuentra con medio cuerpo fuera del coche.
-Porque no os metéis en el coche y vamos todos, que nosotras no sabemos donde están.
Y en menos que canta un gallo el coche se llena de gente. Cuatro en la parte de atrás, dos en el copiloto y otro en el maletero. Vuelvo a intentar salir pero otra voz me lo impide.
-Toni tu ya no cabes, eso te pasa por ponerte a cerrar el maletero.
- Da igual voy andando.
Miro todo el coche y la verdad que no cabe ni un alma, bueno si hay solo un asiento con una persona. Abro mi puerta y salgo.
-Toni no hace falta que vayas andando, ahora cuando entre te subes y  te pones entre mis piernas.
- Te voy ha hacer daño, da igual voy andando de verdad.
Algún ingenioso de la parte de atrás chilla.
- Pero venga ya hombre que se esta quedando dormida la pierna, que se siente el a conducir y tu vas arriba.
Gracias no había pedido opinión pero bueno aquí todo el mundo opina sobre mi coche.
-Bueno si quiere eso me parece mejor- Lo miro y no puedo evitar decir que si.
- ¿Sabes conducir?
- Bastante, muchos años de carnet ya.
-Pues móntate tu y ahora me monto yo.
Se mete poquito a poco, y abre las piernas donde me meto yo con dificultad, pero menos mal que somos canijos. Me coge el pelo y me lo echa para la derecha, luego saca la cabeza por encima de mi hombro izquierdo.
- Bueno chavales vayámonos. ¿Metes las marchas Inés?
- Claro -y cogiendo la palanca de cambio, meto primera y salimos dando tirones.
Giramos y nos encontramos de frente con una calle llena de coches y gente bebiendo. En medio de la calle distingo varios coches conocidos. Tony comienza a frenar mientras Fer nos ve de lejos y nos avisa con la mano que lo sigamos que nos tiene un aparcamiento para nosotros.
Dos coches mas hacia delante veo un hueco pero no lo suficiente grande como para que quepa ningún coche, pero al momento Fer se monta en su coche y lo echa hacia delante, allí esta mi hueco.
Toni para justo en el siguiente coche preparándose para aparcar.
-¿Nos bajamos y aparco yo?- Digo con la intención de no alargar mas esta situación.
-No no, yo hasta que no aparque no me bajo. - La puntillista de Marta siempre dando ideas.
- Claro de aquí no se mueve nadie hasta que el coche no este aparcao'.- El ingenioso de la parte de atrás ya esta otra vez.
Y sin escuchar mas Toni comienza aparcar, lo intento ayudar con las marchas pero es un descontrol, la música a todo volumen, Marta hablando con la gente por la ventana, y los demás riéndose y haciendo la ola, lo que viene siendo un show, me concentro en ayudar a Toni con las distancias, porque con tanta gente no se ve bien la parte trasera ni la delantera, después de unos intensos minutos conseguimos aparcar el coche sin ningún tipo de incidente. Se abren todas las puertas para dejar pasos a todas aquellas persona, yo abro la puerta del piloto y salgo, atacada por una oleada de flash.
Algún que otro grito se escucha en lo lejos, sobre la capacidad de transporte de mi coche, bueno el de mi hermano. Si la broma de la noche va a ser esta, y lo peor que mañana tendré en las redes sociales unas cuantas fotos de esto.
Miro al rededor y veo mucha gente, demasiada gente. Me aparto para que Toni pueda salir, y me quedo en la puerta trasera mirando de un lado para otro intentando ver quien esta por allí. En la primera pasada que hago, veo a Fer con los chicos que han salido de mi coche, Marta corriendo, Elena sentada en la muro con las demás chavalas, y dos o tres grupos de chavales, conocidos de Fer de diferentes sitios.
- Ya esta aparcado -Cierra la puerta y con la llave cierra el coche.- toma tu llave.
- Menos mal que no le has dado al coche de Fer porque si no te mata.
- Ese no me preocupaba, el que me preocupaba era el BMW blanco este, que no se de quien es, y he estado a punto.
Miro rápidamente y allí esta, el puto flamante BMW blanco.
-Yo si se quien es el dueño y menos mal que no les has dado- Hago una pausa.- La verdad es que no tengo ganas de aguantarlo- Sinceramente no tengo ganas de enfrentar al niñato malcriado de Alex.
Escucho un sonido que proviene del maletero. Se me enciende la bombilla, miro a Toni que me mira con cara de sorpresa.
-¿Que ha sido eso?
-Quien va a ser tu colega que os lo habéis dejado ahí adentro.
Me dirijo al maletero acelerando el paso para no dejar al pobre chaval mas tiempo allí. Abro el maletero dejando al aire libre la cara del chaval, que ya se estaba descomponiendo.
-Pensaba que me dejabais aquí.
-Casi, porque nadie se acordaba de ti.- Saca la cabeza con cuidado de no darse con el maletero.
- Illo Manue, para que te dejado el vaso, si ahora no te acuerdas de que estaba en el maletero.
-Illo es verdad, así decía yo que me sobraba un vaso.
-Illo tu eres tonto de verdad. - y de un salto sale del coche y se dirige directamente a darle un collejon al amigo. -Y que no nos den una paguita el Estado por aguantarte.
Miro a Toni que se ríe desde la puerta trasera.
- Pobrecillo. - y pongo mi cara de pena
Toni me mira y se ríe, como si hubiera dicho algún chiste.
- Me voy a dar una vuelta, después nos vemos y hablamos que me tienes que contar muchas cosas.
-Hasta luego.- Lo observo mientras se aleja por la carretera, con el cubata en una mano y la otra saludando a todo el mundo. Como ha cambiado, pero sigue siendo el mismo Toni de siempre, mi gran amor de adolescencia. Ese amor que nunca se olvida y mas todavía si no es correspondido..
-Buenas señorita,- Me giro rápidamente y veo a Fer atrás mía- Si no fueras mi mejor amiga diría que le estabas mirando el culo a ese chaval.- Me mira con cara seria lo que me provoca risa. - No nos engañemos le estabas mirando el culo a Toni. Enana te vas a enterar, desde que yo no estoy aquí te están llevando por el mal camino.
Me coge de la mano y me lleva al lugar donde tienen puesto todos los lotes. Donde nos ponemos ha hablar con un grupo de chavales compañeros del ciclo formativo de Fer.



Después de un rato de intensa charla con el grupo de amigos de Fer, viene Elena en mi rescate, gracias a Dios.
-Perdonad a todos, os robo un rato a Inés. - Capta un momento de atención del grupo, los cuales con un movimiento de cabeza le dan la aprobación a su petición.
Me voy con ella al muro y nos sentamos mirando hacia donde están todos.
- Gracias por rescatarme. Ya no podía escuchar hablar más sobre coches, sexo y tías. Me estaban volviendo loca.
- De nada, te he visto desde aquí un poco angustiada.
- Ya no sabia que decir para defendernos.
- ¿Que estaban diciendo de las mujeres?
- Lo típico que si no nos entendemos nosotras, como pretendemos que ellos nos entiendan. Que somos muy complicadas, rebuscadas y que le buscamos doble sentido a todo.
- Se van a quejar ellos, si son todos iguales, unos capullos, con miedo al compromiso y a quedar en vergüenza. - Para mi sorpresa Elena comienza a elevar el tono. - Es que no lo entiendo, con lo amables y perfectos que son por whatsapp y luego todos iguales. Unos capullos.
- Un momento. - La miro seriamente. - Tu estas to' enamorada.
- Yo que dices- Aparta la vista y se pone a mirar al suelo, otra señal más que me da la razón. -Bueno hay un chico.
-Que chico, ¿donde hay un guapetón?- Miro rápidamente, y allí justo delante esta Marta moviendo la cintura mientras nos mira. -Bueno que os pasa, ¿De quien estáis hablando?
- ¿Que nos pasa a nosotras?, nada. Estamos hablando.
- Menos hablar y más bailar, que han puesto un coche con música. Y faltamos nosotras. -Marta me coge del brazo y tira fuerte levantándome del muro.- Venga que hay que mover el esqueleto.
-Chicas yo me quedo aquí con las demás. Luego voy.
 Después de escuchar eso, Marta me tira del brazo y me lleva hacia donde se encuentra aparcado el coche- discoteca. Cada una va subida en unos tacones de varios centímetros, debida a esta causa nuestro paso es lento, muy lento. ¿Quien dijo que para presumir ahí que sufrir?, Porque yo me acuerdo de su familia todos los días.
Antes de que la gente nos haga desaparecer me giro y miro a Elena que sigue con la cabeza agachada.
- Elena. -La llamo desde lejos esperando que me escuche a pesar del ruido de la gente y así es, levanta la cabeza para mirarme con ojos llorosos.
- Ahora mismo vuelvo, ¿vale?.
- No te preocupes me sienta bien estar sola.
- Si, ahora nos vemos. - Siento como alguien me tira del brazo.
- Illa vamos ya, que se nos van a adelantar.
- Que te gusta exhibirte Marta.
- Ya lo se, necesito pillar cacho esta noche. Que por lo que he visto tu me has cogido ventaja.
- ¿Yo?.
- Que bien te sale hacerte la tonta, sabes el dicho que las calladas son las mas guarras.
- Mas que tu, eso es difícil.
- O no, yo no tengo la colección de tíos seguros, que tu tienes.
- Tu te puedes ir con quien quieras, y lo sabes.
- Si pero yo me lo tengo que trabajar, tu no se porque, pero los tienes hay esperándote.
-¿Que dices?, se te esta subiendo el alcohol a la cabeza.
- Lo que tu digas. Yo solo te digo que mires a tu alrededor y veras tíos que merecen la pena.
- Anda sigue y vamos a bailar.
Seguimos andando entre la gente, con cuidado de pisar a nadie con nuestro tacones de once y doce centímetros, por desgracia a la persona pisada, son de tacón fino, osea los que más duelen. En unos pocos metros encontramos un coche con el maletero abierto, en el se ve un equipo de música y luces de neón.
La gente se va colocando cerca moviendo la cabeza al ritmo de la música pero sin perder sus conversaciones. Marta me tira del brazo, haciéndome pasar entre un grupo de chavales hasta llegar justo delante del maletero, es ahí donde me suelta la mano y empieza a bailar al ritmo de la música. Miro a mi alrededor y veo que todo el mundo esta a su bola, hablando y pendiente solo de la canción. Entonces en ese mismo momento acaba la canción pero en pocos comienza otra, por lo cual no me libro de bailar.
- Illa esta la tienes que bailar.- Me grita Marta intentando sobrepasar los decibelios del coche.
Escucho la canción y allí esta mi canción, se llama thrift Shop, y aunque tiene un ritmo simple, me encanta. Comienzo a bailar al ritmo de la música, sin pensar en la gente que hay alrededor, solo me dejo llevar por las notas que salen de aquel equipo.  Al poco tenemos una coreografía y bailamos las dos iguales, sin perdernos en nuestros pasos, pero sobre todo moviendo todo el cuerpo.
Después de unos minutos de bailes intenso con Thirft Shop, se cambia y pasa la siguiente canción. Desde  el primer segundo puedo reconocerla, se llama motivate de Danny Romero.
-Esta también la tenemos que bailar, Ines mueve las caderas. - La miro. - Espera que tengo una idea.
Se va a la esquina derecha del coche y sale entre la gente, me quedo mirando, la verdad me gustaría saber la idea de Marta porque no suelen ser grandes ideas.
Al momento veo como Toni entra seguido de Marta y otro chaval, el cual reconozco como el de las ideas extraordinarias de mi coche. Marta coge al chaval por el hombro y comienza a bailar. Mientras tanto Toni se coloca delante mía.
- Me ha dicho Marta que esta canción la teníamos que bailar con vosotras.-Me pone una mano en la cintura y comienzo a moverme, todavía sorprendida por la genial, brillante y alucinante idea de Marta (es ironía).
 Con estas canciones solo hay un problema, que a los hombres les suele encantar la forma en que las tías la bailan, Porque hay mucho roce. Algo me despierta de mi conversación interior. Siento como me tiran del brazo y me ponen de espalda a Toni.
- ¿Quien baja mas?
- No me hagas esto
- 3.. 2.. 1... y pa' bajo.
Bajamos poquito a poco hasta el suelo a pesar de los tacones, moviendo las caderas lentamente, y luego poquito a poco comenzamos a subir. Los chicos se quedan arriba moviéndose mientras nos miran. Al llegar arriba nos miramos las dos.
- Marta claramente he ganado yo.
- Tus tacones son mas bajos.
- Escusas, es solo un centímetro. - Me giro evitando que se defienda.
Miro a Toni que me mira con ojos de deseos, y no puedo evitar una risita.
- Odio que las mujeres hagáis eso.
- ¿Por que?
- Porque no sabéis lo malo que nos ponemos, al veros mover la cintura de esa manera.- sus palabras provocan una sonrisa en mis labios.
- Que exagerado eres.
Sigo bailando hasta que termina la canción.
- Me voy a echar un jarrón de agua fría. Luego nos vemos. - y sin decir más comienza a alejarse entre la gente.
Me doy la vuelta y busco a Marta, pero para mi sorpresa ya no esta. Salgo entre la gente y sin darme cuenta piso a alguien en un intento desesperado de salir. Miro hacia arriba para pedir disculpas, pero me sorprendo al ver que aquella persona era Alex, a lo cual me entra un momento de arrepentimiento por no haberlo pisado mas fuerte y con la parte de atrás del tacón. Que eso si que duele. Aún así le dirijo mi mayor disculpa con mi mejor cara.
- Lo siento te has echo daño.
- No ha sido nada. - Aparta la mira y sigue hablando con una chavala.
Lo cual ha sido lo peor que ha podido hacer. Un mínimo de enana, o algo de eso ¿No?, o es pedir mucho, a no que esta ligando, con esa guarra. Sigo abriéndome paso entre la gente, pero pensando en la guarra rubia de las tetas postizas, con cara de vieja y aires de arrogancia. La podía haber elegido mas fea, pero creo que no las había. Me sorprendo riéndome entre un grupo de chavales, bajo la cabeza y sigo andando, hasta llegar al muro donde esta Elena.
-¿Ya habeis bailado?
- Si y como siempre Marta me la ha jugado. Se a presentado con Toni, para que bailara motivate conmigo.
- Esta Marta es mortal. ¿Por cierto donde esta ahora?
- No se a desaparecido con un tío. Y yo mientras tanto le voy a quitar un cubata a Fer, es por su salud que tiene que conducir.
Me agacho y cojo de la bolsa un vaso y un par de hielos. Me echo lo adecuado de Ron para un cubata bien cargado, y luego un poco de coca cola.
- Loca que tienes que coger el coche de vuelta.
- Por uno no pasa nada. Ahora vuelvo que voy a saludar a la gente, vengo y hablamos, ¿Eh?
- Si, si ahora hablamos.
Miro al fondo cerca del coche de la música y allí los vuelvo a ver, riéndose y bailando. Lo odio.

03.30

Vaya vasilon, la cabeza me da vueltas y aquí con tanta gente me falta el aire. Necesito encontrar a Elena, me estoy poniendo malisima, quien me diría a mi que bebiera un cubata. Todo el mundo sabe que un cubata nunca es uno. Tengo que hablar con Fer para irme con el y dejar mi coche aquí.
Poco poco, voy pasando entre la gente, cruzo la carretera para llegar al otro extremo, pero en ese momento aparece una moto y se para a pocos centímetros de mi. Intento ver quien es pero entre las copas y la oscuridad no puedo ver nada.
-¿Donde vas tan sólita?- Reconozco la voz pero para asegurarme bien me muevo hasta ver bien su cara. - No me jodas que vas bebida. - Confirmado es Oscar.
- No solo me he bebido unos cubatas.- Me agarro rápidamente a su brazo para evitar el balanceo de mi cuerpo. - La gente solo sabe ofrecerme cubatas y tu sabes, esta feo decir que no.
-Si pero graciosa quien lleva el coche de vuelta a casa, aunque me han dicho que venias muy bien acompañada antes. Pregúntale a tu amigo el que te a traído en sus piernas que si te lleva y así puede tener un momento intimo, porque el muchacho después del bailecito que os habéis pegado, lo necesita con desesperación.
-¿Que dices?, deja al chaval en paz.
En un momento de flaqueza, mi cuerpo empieza a llamarme, y una fatiga comienza a subir desde el estomago hasta la garganta.
-Lo siento, pero me tengo que ir. - Corro en dirección opuesta a todo el mundo y en el primer callejón me meto apoyando las manos en la pared.
A lo lejos escucho los ruidos de la gente, pero no puedo escuchar mas, empiezo a recogerme el pelo, una tarea imposible, porque siempre esta el mechón de pelo que cae. La fatiga comienza a subir cada vez mas fuerte, pero evito vomitar por todo los medios, ya que me da fatiga vomitar y eso solo provoca seguir vomitando. Escucho un ruido fuerte detrás mía, pero la cabeza me da demasiadas vueltas para volverme.
- Esta vez te has pasado- Otra vez el, no por favor, yo solo quiero estar sola para concentrarme en no vomitar.
- Por favor déjame sola, pretendo que se me quite la fatiga. Y no ayudas.
- ¿Quieres que llame a tu amigo Toni?, así se llama, ¿no?
- Quieres dejar la escena de celos de una vez, me duele la cabeza. - Una arcada sube rápidamente, pero consigo pararla.
- Mira paso de ti.
Lo escucho subirse a la moto y arrancarla, cuando las piernas me empiezan a fallar y una oleada de calor me sube desde los pies hasta la cabeza, todo esto me hace sentarme en el muro apoyando la cabeza en una reja, la cual tengo sujeta con los dedos con fuerza. Lo miro y veo como se aleja por la calle pero antes de girar mira una ultima vez, a lo que precede que apague el motor y que se baje de la moto.
Lo ultimo que puedo ver es Oscar acercándose rápidamente, la cabeza comienza a dar mas vueltas y inmediatamente la bajo y cierro los ojos.
- ¿Que coño te pasa?.
No puedo responder, lo brazos comienza a pesar y van cayendo al suelo, y sin ese apoyo mi cuerpo comienza a caer lentamente hacia adelante.
Antes de darme con la nariz en el suelo algo me coge de los hombros y me zamarrea.
- Te he preguntado ¿Que coño te pasa?
Este tío es imbécil que me va a pasar que tengo una borrachera como una cuba. Comienzo a reírme y abro lentamente los ojos y lo veo allí a pocos centímetros de mi, lo que me lleva a un doble mareo.
- Tu eres tonta de verdad, seguro que no has cenado, es que de verdad estas mongola con el puto peso. Es la tercera vez que me lo haces.
Me coge, llevándome sentada en sus brazos.
-Shhhh...  ¿ A donde vamos? eh.
- A tu casa - Me pongo a reírme.
- Imposible, le he dicho a mi madre que me iba a dormí a casa de Marta.
- Pues a casa de Marta. - Me rió mas fuerte esta vez.
- Eh no, porque resulta, sabes tu, que Marta ha dicho lo mismo, por lo cual no tengo donde ir. A que es gracioso.
- Y en ese ingenioso plan, ¿donde esta la parte de dormí?
-No se pero yo estoy a gusto aquí. ¿Me puedo dormí en tus brazos?
- Vamos con Marta y que ella aclare esto. - Vuelvo a reírme mas fuerte. - ¿Que pasa ahora?
- Que Marta se ha ido, con un chaval hace como una hora.
- Joder Inés todo lo haces igual.- Bueno pues te llevare a tu coche mientras busco a alguien que me ayude a subirte a mi casa.
- Ah, vale.
Comienza a andar conmigo en brazos.
- Pero déjame en el suelo, - Miro hacia el suelo y la distancia se multiplica por mil, cierro los ojos y me vuelvo a colocar bien.
- De verdad pretendes que te deje en el suelo si apenas te puedes mantener de pie.
- Pero todo el mundo se va a creer que soy una borracha.
- Ahora mismo es lo que eres.
- Bájame ahora mismo, yo no soy ninguna borracha... -Una pausa para pensar como seguir la frase - y paso de que lo digas ni tu ni nadie.
- Sabes lo que pasa que si comieras mas y sobre todo comieras antes de salir, no pasarían estas cosas con dos cubatas.
- Dos no, tres. Dos de ron, y otro de whisky
- Eso esta perfecto, tu mezcla.
- Bueno y un par de chupitos, creo.
- ¿Algo más?
-Pos no se, me duele la cabeza. Bájame ya.
- No te pienso bajar, te voy a llevar allí, y haber si pasas vergüenza y la próxima vez comes antes de venir.
No puedo rechistar más, porque en ese mismo momento siento como sube el ultimo chupito que me he tomado y todavía me queda un cubata por que suba. Cruzamos la acera y cada vez noto el jaleo de mas gente. Noto como Oscar mete la mano en mi bolsillo buscando algo.
-¿Donde están las llaves de tu coche?.- En ese momento se para en seco y me tengo que agarra al hombro para no caerme.
- No se.
- Inés colabora un poco.
- No me grites que me duele la cabeza.
Otra voz se une a nuestra conversación, y al momento un grito preguntando por las llaves, que se me mete en la cabeza y no sale, meto la cabeza en su pecho tapándome los oídos con las manos. Escucho varias voces discutiendo, luego a los segundos como se abre mi coche y me meten en el asiento del copiloto. abro los ojos y no distingo  nadie, solo distingo una luz que me ciega y me ordena cerrar otra vez los ojos. Luego escucho un portazo, que consigue por fin dejarme en medio silencio. Me siento de lado meto la cabeza en el asiento y con las manos me tapo los oídos.


Después de unos minutos que para mi parecen horas, alguien abre la puerta y se sienta en el asiento del piloto, se acerca a mi y me llama.
- Inés, te van a llevar a mi casa, yo voy a ir delante con la moto, porque no tengo ganas de encontrarme a tu padre y tu en ese estado.
-  Yo solo quiero que se me quite este mareo, y me voy a mi casa.
- No señorita con la que has liado, lo siento pero te toco venir a mi casa -Se hace el silencio en el coche- Ademas te voy a decir una cosa, es la ultima vez que me haces esto, o cambias tu actitud o paso de ti. Todavía no entiendo en que coño piensas, pareces una niña chica. Esto es decepcionante...
Escucho el ruido de un portazo, y el cuerpo se me viene abajo, meto la cabeza entre mi brazo y el respaldo del asiento, mientras mi cuerpo tiembla en un intento desesperado de no llorar por aquellas palabras que me han llegado demasiado hondo.

A los pocos minutos se vuelve a abrir la puerta, pero esta vez se cierra lentamente. Alguien se acerca a mi y coge el cinturón y con delicadeza lo pasa por mi hasta llegar al otro extremo donde lo encaja, puedo escuchar el click que indica que ya esta puesto, y en pocos segundo otro click que indica que el otro también esta puesto. No me atrevo a sacar la cabeza de su cueva, me da vergüenza, entre las lagrimas y la cara de borracha que tengo, tengo que ser un poema. El coche empieza a andar y noto las curvas que me van moviendo, intentando mostrar mi cara al mundo, pero pongo todas mis fuerzas en evitarlo, y antes de lo que podía imaginar se para el coche. Y la persona que esta de piloto se baja, volviéndome a dejar sola en aquel coche.

Pero mi tranquilidad dura poco, y alguien abre mi puerta.
-Inés ¿estas bien?.
No contesto, no quiero provocar mas vergüenza.
- Inés, Inéssssss, ¿Que si estas bien?
Pero en este momento, algo me hace hablar, una necesidad urgente.
- No, necesito ir al baño, me estoy haciendo pipí.
Distingo dos voces que se ríen.
- Anda sal.
Una mano pasa por encima mía y me quieta el cinturón, en medio del camino de vuelta se para en mi mano, y poquito a poco tira de mi, haciéndome salir del vehículo, agacho la cabeza y ayudada del pelo, evito que me vean la cara. Pero no por mucho tiempo, al poco una mano se pasa por mi pelo, y destapa allí mismo mi cara, a lo cual respondo cerrando los ojos, en un imposible intento de volverme invisible.
- ¿Por que cierras los ojos?
- Intento volverme invisible.- Vuelven las risas - Pero veo que es imposible.
- Anda tonta abre los ojos.
Lo hago, pero lentamente para no marearme, miro primero a la persona que esta más cerca y puedo reconocerlo, es Fer. Miro un poco más lejos, y veo una persona apoyado en la parte trasera del coche, me cuesta un poco más reconocer, seamos sincero no se quien es, la "oscuridad" no me deja verlo bien.
- ¿Quien es este?
- Enana, vaya susto nos has metido. - Miro atentamente, y veo que si, es el. Alex.
- Joder no había gente en el botellón que ha tenido que venir este. - hago una pausa y lo miro. - No es por nada, si no que me vas a dar un collazo en el trabajo con esto, que no me lo voy a creer ni yo. - Vuelven a reírse, lo que yo no entiendo, no veo la gracia a nada.
- Bueno, tu no querías ir al servicio, pos vamos.
Miro al horizonte y no veo nada, solo campo.
- Eh, Fer tenemos un problema, ¿Donde están los servicios?
- Eh, estamos en medio de una explanada, aquí no hay servicio.
- Pero no íbamos a casa de Oscar.
- Si, pero estamos esperando que suba el, va a ver la forma de llegar sin que nos encontramos ningún control.
- ¿Tanto habéis bebido?
- No es por nosotros.
- Mi padre, es verdad que hoy trabaja.
- Exacto y no es plan, o la buenas tarde Señor, mira traigo a tu hija borracha como una cuba y la llevo a casa de este nota para que su mujer no se entere del vasilon que tiene, ah, y que al final no se quedaba en casa de Marta que le había mentido.
- Joder vaya lió, ¿bueno y cuanto va a tardar Oscar?
- Pues no se salio un par de minutos antes que nosotros.
- Pues yo no puedo hacer pis ahí.
- Venga ya Inés con la vergüenza.
- Que nunca he echo pipí en la calle.
- Siempre hay una primera vez. - Hablo el calladito de Alex.
- Venga que nosotros no miramos.
Dan la vuelta al coche y se colocan mirando el trafico de la carretera yo aprovecho y abro la puerta hasta el tope, le doy la vuelta y me agacho, como mi estabilidad es nula en esta situación, me cojo al pomo de la puerta y al hueco de la rueda. Cuando termino, cojo un pañuelito del bolsillo de la chaqueta.
- Inés te as caído por el retrete.
- Que gracioso, ya estoy un momento.
Me voy levantando mientras dejo caer mi vestido.
- Ya estoy.
Dan otra vez la vuelta mientras yo los espero apoyada en la puerta.
- Ahora ¿dime como lo as echo para tener tan cabreado a Oscar?
- Es el solo el que se cabrea Fer. Yo solo quería que me dejara sola para que se me pasara la fatiga, pero el venga con el ataque de celos, es mas pesado. - Y de repente caigo en que he hablado más de la cuenta.
- ¿Como que ataque de celos? ¿puedes explicarme eso?.
- Claro como poder se puede, pero pa' que explicar, ¿No?
- Deja de hacerte la tonta y explicarme eso ahora mismo.
- Bueno resulta, que el otro día, vino a mi casa con otro ataque de celos, y... - hago una pausa mientra miro a Alex, que esta apoyado en el coche con la cabeza agachada. Vuelvo la cabeza a Fer y sigo hablando - Vamos que empezamos otra vez, pero como amigos tu sabes, no mucho compromiso.
- Eso esta muy bien, ¿y cuando pensabas decírmelo?
- Nunca.
- Ah eso esta mejor.
- Es que lo queríamos llevarlo en secreto.
- Eso esta super bien también, se lo estas poniendo super fácil para que te vuelva a poner los cuernos.
- Eh, podemos dejar el tema, no tengo ganas de hablar de Oscar, bastante que lo tengo que aguantar ahora.
Suena un sonido que hace que Fer busque en sus bolsillos, saca su móvil y lo desbloquea. Después de unos segundo leyendo lo que le han puesto nos comenta.
- Es Oscar que esta en el semáforo de la parte baja, y hasta ahí no ha visto ningún control que va a subir haber si están arriba, así que vayamos metiéndonos en los coches, que ahora nos avisa. Alex, yo voy delante.
Hasta ese momento no me doy cuenta que hay dos coches, el mio y un poco más adelante el de Fer.
- Vale yo te sigo.
- Una pregunta, ¿Por que vamos en dos coches?.
- Porque si no Alex como baja luego.
- Buena respuesta.
Y sin más me subo al coche y me pongo el cinturón, Alex tarda unos segundo más ya que se para ha hablar con Fer. Cuando han comentado no se el que, porque no llego a enterarme, da la vuelta al coche y se sienta en el asiento del piloto, poniendo el cinturón una vez que se coloca bien.
- Vaya la que as liado enana.
Bajo la cabeza al suelo, no puedo mirarle, me muero de vergüenza, porque tiene razón.
- Estoy buscando la frase perfecta para que me perdonéis, la vergüenza que os echo pasar y solo se me ocurre una - Hago una pequeña pausa antes de seguir hablando. -Lo siento.
- No tienes porque disculparte, todo el mundo ha cogido una borrachera en su vida.
- Si pero yo llevo tres en este año.
- Le das fuerte al alcohol.
- La verdad es que no, más bien mi cuerpo no aguanta mucho el alcohol.
- ¿As comido antes de salir?.
- No, y no me eches tu también la bronca.
El dolor de cabeza y los mareos vuelven a aparecer en acción.
- No te voy a echar la bronca enana, no somos  perfecto, ni tu ni nadie.
- Menos mal, con la bronca de Oscar he tenido suficiente, y más si viene acompañado de un ataque de celos.
- No la tomes con el por eso, te quiere y quiere lo mejor para ti. Ademas lo entiendo, no ha sido el único que ha tenido celos esta noche. - Lo miro, y allí en la oscuridad puedo apreciar sus ojos, que miran a través de mis ojos, esperando alguna respuesta a la información que me acaba de dar. -Mas de uno hemos querido estar en el lugar del chaval con el que bailabas
Me quedo bloqueada, no se que decir, solo puedo mirar esos ojos. Pero la mente me juega una mala pasada y me hace recordar a la rubia de tetas postizas.
- Vamos dime tu que no estabas bien acompañado, con esa rubia tan poderosa y tan arrogante. Que te he pisado y no podías dejar de mirarla a ella.
- Porque como te mirara a ti, te tendría que comer la boca allí mismo, o montarte una escena de celos, dependiendo de tu reacción. ¿Estas celosa de la rubia?
Ahora si que no se que hacer, me vuelve a dar vueltas la cabeza, pero esta vez más que antes, comienza a haber una saturación de información en mi mente. Y paso lo que tenia que pasar, no pude aguantar más, el alcohol saco lo mejor de mi, y no pude pensar más allá del momento.
Me acerco lentamente y le cojo del cuello, y poco a poco siento su labios en los míos, y nos fundimos en el mejor beso de toda mi vida.

Unos segundos,( minutos, horas, no se) suena un pito, y despierto a la realidad, me separo y veo los ojos de Alex que se van abriendo poquito a poco, dejando ver dos ojos relucientes. Otro pitido lo llama, y enciende el motor partiendo hacia mi destino.

El camino hasta casa de Oscar, fue un camino de pensamiento, yo me acurruque en el asiento y me puse a mirar por la ventana, pero al momento tuve que cerrar los ojos porque el mareo aumentaba por segundos.