- ¿Inés puedes salir?. - Miro para ver la procedencia de la voz, es Alex que esta apoyado en el capo. - Creo que si te quitas el cinturón podrás salir, ¿o es que no quieres salir?.
- Que gracioso, no me había dado cuenta, gracias por la información.- Me vuelvo en mi sitio y presiono la palanca roja que me deja libre para poder salir del coche.
Una vez que he salido del coche, Alex aprieta el botón de cerrar y me devuelve las llaves, usando un excesivo contacto de manos, y durante un tiempo muy prolongado. Intento mirarlo pero no es gran idea porque no se como actuaria, dejo de pensar en su mano. y hago lo mas razonable en estos casos, bajar la mano y evitar más el contacto. Me giro y me dirijo sin más preámbulos a mi lugar, a aquella casa con Oscar.
Me paro una vez que paso la verja y me escondo detrás de la puerta, desde donde puedo oír todo.
- Muchas gracias a los dos, se que estabais con las muchachas allí, y os he cortado el royo.
- No hay que dar las gracias- Reconozco la voz de Fer - cuídala vale
-No te preocupes que esta no sale de aquí hasta mañana después de comer. Y ahora le voy a dar algo de cenar. -Este que se a creído, mi padre ¿o que?
- No, de esa manera no digo yo. ¿Sabes de lo que hablamos no?. Que le habrás comido la cabeza a ella, pero que ami no. Tu sabes que yo a ti te aprecio mucho como amigo mio que eres de toda la vida. Pero también sabes que ella esta antes que nadie, y como le hagas daño esta vez te enteras, te lo dije la ultima vez y no te partí la cara porque ella me dijo que no lo hiciera que no valías la pena. y aun así siguió contigo, pero que esta vez no me quedo a gusto hasta que te parta la cara, y te la parto a la primera, no te doy más oportunidades.
- Fer no te pongas así, ella es mayorcita para saber defenderse sola.
- Ella no necesita defenderse de nadie, lo que tienes que hacer, es poner las cartas sobre la mesa y decírselo claro, si no la quieres y para ti solo es una muñequita la cual pasear, la dejas en paz. Que hay tíos que valen la pena y que si la quieren de verdad.
- Fer no me toques el alma, que estoy bastante cabreado y la voy a pagar contigo.
- Yo no te toco nada, eres mayorcito para saber que tienes que hacer con tu vida, y rectificar los errores a tiempo.
- Me voy porque yo no tengo que aguantar esta escena en la puerta de mi casa, si la quieres para ti y no la tienes, te aguantas y deja a los demás con su vida. Que te crees que cuela eso de es como mi hermana, tu te la quieres tirar como todos los que estamos aquí, entre otros. Pero esta conmigo así que dejarla en paz.
- Mira niñato de mierda te voy a partir la cara.
- Eh, eh, estaros quietos los dos. - Una nueva voz se mete en la discusión la cual me supongo que es Alex.
Suenan unos golpes, unos más altos y otros más bajo. Corro dentro en busca del hermano de Oscar pero no veo nadie y todas la luces están apagadas. Salgo hasta la calle, donde Alex esta cogiendo a Fer por los brazos y lo lleva hasta el coche, mientras tanto Oscar esta apoyado en la fachada de su casa. Me acerco a Oscar y veo que tiene sangre en el labio, cojo otro pañuelito de mi chaqueta y se lo pongo en la boca. Una sombra se dibuja en la fachada que llama otra vez a Oscar a ponerse atento, se echa para atrás y con su brazo me echa hacia atrás suya, colocándose entre la otra persona y yo.
- ¿Alex que quieres? - Dice con un tono bastante alto
- Quiero hablar con ella, ¿Te vienes o te quedas? - Alex usa un tono dulce mientras me extiende la mano.
- Ella se queda, haber si te enteras que esta conmigo, otro como el otro.
- Te he dicho que quiero hablar con ella. - Su tono baja otra vez a un tono dulce. - ¿Te vienes con nosotros?
- No me quedo, lo siento, dile a Fer que mañana voy a verlo. Os quiero a los dos, tened cuidado por el camino.
Una mano me agarra por el brazo y me mete rápidamente en la casa, pero antes veo la cara de Alex alumbrada por la farola, la distingo bien, y se lo que me quería decir. Que lo había defraudado. Pero no me da tiempo de pensar mucho más, ya que tengo a Oscar con ataque de ira, dando portazos.
-Te quieres estar quieto ya- me sorprendo de mi tono de voz, y el también, lo que hace pararse en seco y mirarme.
- Tu cállate, que estas mejor. -Sigue andando por la casa, abriendo y cerrando puertas mientras yo lo sigo muy de cerca. - Es que vives en el mundo de yupi, y no te das cuenta de lo que montas. Y todo por hacerte la chula bebiendo, ¿No?.
Se para y me mira a los ojos, y solo puedo ver un labio reventado y unos ojos que echan chispas.
- Una no puede tener un error en la vida.
- Eres muy mayorcita ya para andar haciendo estas tonterías, y si al menos fuera uno solo, pero llevas tres. Yo que tu pensaba lo que haces con tu vida.
Bajo la mirada, no quiero seguir mirándolo, cada segundo que lo estoy mirando me siento más culpable.
- Lo siento de verdad, - paro un momento para elegir la mejor forma de seguir la frase. - Me siento muy mal por todo, por la borrachera, la pelea y por todo. Yo solo quería divertirme un rato, no creía que esto llegaría tan lejos.
Sin decir más me voy agachando poquito a poco hasta sentarme en el suelo. Apoyo la espalda en la la pared y meto la cabeza entre mis brazos, y me hundo en un mar de lagrimas. Un ultimo portazo se escucha y me quedo sola en aquella sala. Poco a poco las paredes van cayendo sobre mi, agobiándome más. Miro a mi alrededor, pero no puedo ver bien, ya que en mis ojos lo que más predomina son las lagrimas. Con la manga de la chaqueta me limpio las lagrimas, pero el agobio no se va, cada vez me falta el aire y decido salir.
Abro la puerta y sigo por el pasillo sin hacer ruido hasta llegar a la puerta de la calle, la cual abro muy despacio pero le dejo abierta para luego volver, salgo por la puerta del patio hasta llegar a la calle, y es allí atrás de mi coche donde decido sentarme en el bordillo. Abro mi bolso y saco el paquete de tabaco, y pienso en hacerme un pitillo pero descarto la idea, no quiero liarla más.
Me pongo a fumar sin parar uno detrás de otro, observando el humo mientras desaparece en el cielo, abstraída en mi conversación interior.
Inés eres tonta de verdad, un cubata, quien se cree lo del cubata, porque yo no. Porque lo has echo, tendrá razón Alex y sera porque estabas celosa de la rubia de bote con tetas postiza, no sabes que no, tu con Oscar estas super bien o ¿No?. ¿Y porque besas a Alex entonces?, uff... que dolor de cabeza, no puedo pensar, voy a ver el móvil y así me despejo un poco.
Saco el móvil de mi bolso y comienzo a mirar, varios whatsapp, pero nada interesante en pocos minutos he terminado de leerlo todo.
Necesito mirar algo, lo mejor sera que cotillee los perfiles de whatsapp de la gente.
Le doy a mi lista de contacto y voy mirando uno por uno, viendo sus fotos y los estados.
Después de tres contactos aparece allí Alex, le doy y miro su perfil, tiene una foto de él con un cubata y de estado una frase de tan solo siete palabras, pero cada una se me clava dentro.
No pierdas un amor por un error.
Me quedo mirando la pantalla mientras que de mis ojos brota un manantial de lagrimas. Después de unos minutos suena el ruido de un portazo, lo que reconozco como la puerta de la casa de Oscar, cierro el móvil, y lo meto en el bolso junto con el paquete de tabaco, y en ese mismo momento sale Oscar por la puerta dando una carrera hasta la moto que esta en la parte delantera de mi coche, saca el casco del cubo y se sienta en el asiento, mete la llave en el contacto y arranca. Da un giro de 360º grados y pasa por delante mía, en ese momento me levanto del suelo, dejándome ver. A lo que precede un frenazo, Oscar gira la cabeza y me mira, quita la llave del contacto y se baja poniendo la pata de la cabra antes de dejarla, luego se aproxima con paso firme mientras se quita el casco, y en aquellos ojos solo puedo ver dolor, pero no se porque, no reconozco la rabia que tenia antes.
- Creía que te habías ido
- Andando ¿no? -Me limpio con la manga un poco.
Mira el coche y se sorprende de verlo.
- He salido tan rápido y no lo he visto. - Se acerca más hasta estar a un centímetro de mi, con una mano me coge la mano que se encargaba de limpiar el mar de lagrimas de mi rostro, y con la otra me quita las pocas lagrimas que quedan vagando en mi rostro. - Tenia miedo de que te hubieras ido.
- Miedo tu
- Si como todos, no te creas que estoy echo de piedra. - Me coge del cuello y me acerca a sus labios, cuando siento el roce, vuelvo la cara. - ¿Que te pasa?
Muchas dudas comienzan a rondar en mi cabeza.
De verdad quieres estar aquí con el, o lo que quieres es irte, y comerle la boca a Alex. El te ha comprendido y no te a llamado niña pequeña. El te trata como alguien especial, no como alguien que siempre esta ahí, la cual no hay que cuidar. Pero de verdad quieres tu eso, de verdad quieres alguien que este contigo, y se preocupe de ti las 24 horas del día. Puede ser que ya sea hora de comenzar una vida centrada.
Oscar me coge de la barbilla y me gira cabeza hasta que nuestros ojos se miran otra vez.
- ¿Que te pasa?
- Nada estoy pensando.
- Antes de que termines de pensar, lo siento por todo lo que te he dicho antes, lo del coche y lo de la casa. No tenia que haberte hablado así, tu no tienes culpa de mi cabreo. Te quiero Inés y eso siempre tienes que saberlo.
- Si pero te has pasado con Fer, sabes perfectamente que somos como hermanos, y sabes que es verdad. Lo peor de todo que yo a pesar de saberlo, que te has colado con él, voy y me quedo aquí.
- Te quedas aquí porque me quieres, y no te preocupes por Fer que mañana mismo hablo con él y lo arreglo todo.
- Y con Alex.
- Con ese no tengo nada que hablar, no es mi colega, y encima es verdad lo que le he dicho, él si quieres acostarse contigo.
- Pero que dices.
- Yo siempre me pregunto si te haces la tonta o es que de verdad no pillas cuando un tío se quiere acostar contigo.
- O tu ves tíos que se quieren acostar conmigo por todos lados. ¿Puede ser celos? yo que tu iba al medico y me lo miraba. - Cambio la cara, mostrando una pequeña sonrisa en mis labios.
- O es que tengo a la mujer perfecta y no quiero que me la quiten.
- Nosotros no somos nada. Somos solo amigos que se ven de vez en cuando.
- Pero eso puede cambiar ¿No?
- Como poder se puede, pero ahí que querer.
- Yo quiero, hoy me he dado cuenta que quiero, que te quiero solo para mi. No puedo verte con otros, hoy cuando te he visto bailando con aquel chaval, me hervía la sangre, vamos que menos mal que te he tenido que traer, porque si no le hubiera partido la cabeza.- Hace una pausa y me coge de la barbilla subiéndome la cabeza para mirarme bien a los ojos mientras se acerca lentamente. - ¿Que piensas? ¿crees que podríamos ser novios formales?. Quiero pasear cogido de tu mano, llevarte al cine, compartir las noches en mi cama contigo, hacer las cosas típicas de pareja, las cuales nunca hemos podido hacer.- Me coge un mechón de pelo y me lo pone otra vez en su sitio. - Dime que si, y me harás el hombre más feliz del mundo.
Retiro mi rostro de su mano y me giro dándole la espalda. solo una frase se me viene a la mente en ese momento.
No pierdas un amor por un error.
Y si me voy ahora, y lo pierdo todo. Quien dice que Alex no es más que un capricho, o si el solo me quiere para acostarse conmigo, como muchos otros antes.
Siento dos manos que se apoyan en mis hombros.
- Dime que si, por favor, no quiero perderte ahora que se lo mucho que te amo.
Y allí esta esa palabra, nueva en el diccionario de Oscar, y que se vierte en mi, hundiéndose en mi interior, para sacar unas mariposas en mi estomago.
- Repite eso - Consigo decir, sin que las lagrimas me silencien.
- ¿El que?, Que no quiero perderte ahora.
- No- Las lagrimas me silencian un momento, pero consigo terminar con mucho trabajo. - lo otro.
- Que te amo.
- Si eso.
Me gira de un solo movimiento y me pone mirando otra vez hacia él.
- Te amo. - Me agarra de la barbilla - Te amo - Se acerca más todavía. - Te amo.
De mis ojos caen dos lagrimas, que es capaz de recoger fácilmente.
- Te amo, tal y como eres, amo tu carácter, amo tu sonrisa, amo tus lagrimas, amo la forma que me quieres, y creo que no quiero dejar de amarte, y quiero estar contigo, quiero darte todo lo que te mereces.
Mi mente se satura con toda la información que ha recibido hoy, pero consigo poner algo en claro. Yo lo quiero y creo que este es mi sitio.
- Si.
- ¿Si que?
- Si quiero empezar una relación estable contigo.
Me coge de la cintura elevándome en el aire.
- Sabes que me has echo el hombre más feliz del mundo, quiero gritarlo a los cuatro vientos. -Sube el tono hasta llegar a un grito - ¡La amo! - concluyendo con un beso en mis labios todavía mojados de las lagrimas.
- Shh, los vecinos que te van a echar del barrio.
- Ahora mismo me da igual todo, solo que quiero tenerte en mi cama.
Y sin decir más me coge dejándome sentada entre sus brazos. Entramos en su casa con algunas dificultades con la llaves, pero en poco tiempo conseguimos llegar hasta su cuarto donde nos fundimos en una noche de amor y locura.
14.39
Abro los ojos, acompañado de un dolor agudo de cabeza, y una sed, que me bebería una garrafa de cinco litros de agua. Miro a mi alrededor pero estoy sola en aquella cama. Me levanto un poco trastornada de la fiestesilla del día anterior y me dirijo al salón donde se escuchan voces. Exactamente allí están los dos hermanos, jugando a un juego de fútbol en la play, por lo cual me queda una tarde de aburrimiento, viendo como se marcan goles uno al otro. Me quedo en la puerta mirando como discuten sobre la ultima jugada, todo eso con reproches de quien juega mejor que quien. Pero yo no puedo dejar de mirarlo a él, esta feliz, como un niño chico.
- Parecéis dos niños chicos ¿lo sabéis?
Por fin llamo la atención de los dos que me miran, no sin antes haberle dado al pause, para no perderse ni un minuto de juego.
- Por fin despierta mi princesa,- Se levanta del sofá, para poder venir donde estoy yo. - ¿Como as dormido hoy?
- Muy bien la verdad, lo que pasa que me he levantado con un poco de sed.
- Cuñada eso es la resaca. - Creo que me tendré que acostumbrar a que Gabi me llame cuñada.
- ¿Cuñada? - Mi tono de sorpresa desorienta un poco a los hermanos.
- Lo que hablamos ayer, ¿Te acuerdas?, tan borracha no estabas como para olvidarte ¿no?
- Anoche, tu y yo hablamos. La verdad es que no me acuerdo de nada, a partir del tercer cubata. ¿Paso algo interesante anoche?
- ¿Como que no te acuerdas de nada? Con dos cubatas eso no es normal, ¿quien te dio los cubatas? - y es ahí donde la mente de Oscar se empieza a rayarse y pensar en droga en la bebida,etc. Así que tendré que dejar la broma.
- Que si tonto, claro que me acuerdo me estaba quedando contigo, que inocente eres. - Le doy un pequeño beso en los labios, que me saben a agua. Hablando de agua necesito agua. - Creo que tengo hambre y sed, sobre todo sed.
- Normal que tengas hambres son las tres y media de la tarde. - Me enseña el reloj de su muñeca y efectivamente son las tres y media pasadas. - He preparado la comida, si quieres vamos a la cocina y comemos.
- Me parece perfecto.
Vamos a la cocina que se encuentra en el otro lado del salón, es amplia y con una mesa en medio, donde hay puesto un mantel, preparada para dos personas. Me dirijo al armario de los vasos para coger uno mientras Oscar coge algo del microondas.
- ¿Que haces?
- Coger mis cosas para comer, si miras en la mesa solo están vuestros cubiertos.
- Mi hermano no come aquí con nosotros, va a comer en el salón.
- ¿Por que?
- Porque come mientras ve la tele.
- Y eso de socializarse con las demás personas donde se queda, tanta tele os va a volver tonto. - Miro al salón y allí lo veo, cambiando de canal en la tele. - Gaby anda ven aquí con nosotros, que la tele siempre esta ahí.
- Da igual Inés estoy aqui bien.
Vuelvo al salón y cojo el mando de la tele de sus manos.
- Como tu nueva cuñada, te pido que comas con nosotros y me pongas al día de tus noticias. - Aprieto el botón de apagar la tele, y nos dirigimos los dos a la cocina.
18.00
Después de comer con los chicos en la cocina, recogimos la mesa, para proceder a que ellos se pudieran ir cuanto antes a jugar a la play otra vez. Lo peor no es eso, lo peor es que son las seis de la tarde y sigo aquí metida mirando una pantalla de televisión con unos muñequitos pasándose la pelota y de vez en cuando unos gritos por parte de los hermanos que se frustran cuando uno de los dos ha echo trampa.Y aquí empieza mi vida como novia formal de Oscar, y que haya gente que le encante esta vida de pareja y que cuando dejan a su pareja, se van en busca de otra rápidamente, yo sinceramente no lo entiendo.
Me levanto del sofá ya cansada de tanta play y me dirijo a la habitación de Oscar, donde rebusco un poco y encuentro su toalla de la ducha detrás de la puerta, abro el armario y en el fondo encuentro una bolsa de plástico llena de ropa mía que se me olvido hace ya bastante. Abro la bolsa y encuentro lo esencial unos pantalones corto, una camiseta de tirantas y la ropa interior. Por lo que se puede ver aquella vez que traje la bolsa hacia sol y buena temperatura, no como ahora que la buena temperatura quedo muy atrás, por lo que me voy a morir de frió con esta ropa. Miro en las estanterías de ropa de Oscar y cojo una sudadera, ya tengo la solución para morirme un poco menos de frió. Cierro todas las puertas y me dirijo al baño, donde en pocos minutos estoy bajo una lluvia de agua caliente, que me devuelven un poco la paz y la tranquilidad de mis pensamientos más profundos.
19.13
Dejo el cepillo en el lavabo, me miro por ultima vez en el espejo, en el cual puedo ver un rostro bien distinto del que apareció antes de la ducha. Mis cabellos lacios, gracias al secador y el peine, caen de forma ordenada sobre mis hombros hasta llegar a la mitad de mi cintura, cubriendo parte de la camiseta azul oscuro de tirantas. Y luego aquellos pantalones corto de verano, que después de meses sin utilizarlos me demuestran que estoy un poco mas delgada, ya que no se quedan en su sitio y me bailan en las caderas.
Me coloco otra vez bien los pantalones pero es imposible, se vuelven a bajar, cojo una de las tiras que tiene para el cinturón y salgo a la habitación de Oscar a ver si me viene bien algunos de sus cinturones.
Abro la puerta de su habitación y allí me lo encuentro en pantalones vaqueros largos y el torso descubierto donde puedo apreciar pequeñas gotas que caen de sus cabellos. Se gira para mirar quien ha entrado en la habitación y me saluda con una pequeña sonrisa.
- ¿Se tarda una hora en ducharse?
No lo dejo de mirar mientras camino hasta colocarme en frente suya.
- Una tarda lo que tenga que tardar. ¿Tienes algún problema con eso?- Acompaño esta frase de una pequeña sonrisa picara.
- Cuanto mas tiempo pierdas en esas pequeñas cosas, menos tiempo tenemos para disfrutar juntos.
- Y que tienes pensado hacer, si se puede saber, porque hasta donde yo se, tu eres el que se ha llevado toda la tarde jugando a la play. Así que muchos planes, como que no tienes que tener.
- Tengo muchos planes, el primero puede ser ayudarte con tu problema con los pantalones, - Mira hacia mis pantalones, y me coge la mano que se ocupaba de que no se me cayeran, menos mal que del culo no pasa.
- Buena idea, déjame un cinturón.
- Yo tenia pensando otra solución. - baja la mano otra vez y me quita el botón. - Nunca te han dicho que sin problema no hace falta ninguna solución.
Baja las dos manos y con delicadeza empieza a quitar la cremallera, por lo que ya si que pasa la barrera del culo y cae al suelo rápidamente.
- Bueno bueno, me llevo toda la tarde viendo como juegas con tu hermano a la play, y por fin a estas horas, al niño le interesa jugar conmigo.
Coloca sus manos en mis caderas, a las que solo las cubre unas bragas de encajes. - Si tu me lo hubieras dicho, lo hubiera dejado todo por ti, creía que estabas muy cansada y necesitabas echarte un poco en el sofá.
- Si eso suena a un plan perfecto después de haber dormido hasta las tres de la tarde.
- Bueno perdóname.- coloca sus pulgares entre las bragas y mi cuerpo y comienza a tirar lentamente hacia abajo. - Bueno si no me perdonas - Comienza a besarme en la boca y por el cuello y yo sigo quieta, intentando pensar en algo. -Podríamos. - Sigue bensandome bajando por mi cuello, se sienta en la cama y me atrae hacia el sin dejar de besar mi cuerpo, moviendo de un lado a otro la camiseta que le molesta en aquel recorrido infernal para mi, que me deja en vuelta en unas ganas enormes de abalanzarme hacia el. Pero algo me lo impide han dejado de besarme y sus manos ahora me bloquean. - Vamos que si no quieres perdonarme lo dejamos aquí.
Le miro intensamente. Sera capullo, pero que le vamos a hacer, los capullos nos atraen mas.
- Te perdono con la única condición, que ahora demos una vuelta, no quiero encerrarme en mi casa hoy, vamos ni en la tuya.
- Claro ahora nos damos un paseo.
Y después de decir todo lo que teníamos que decirnos volvemos al lió, que era lo importante.
21.30
Después de un buen rato en casa de Oscar, por fin decidimos salir un rato y disfrutar de este sábado como solo los jóvenes sabemos hacerlo.
Vamos en la moto de Oscar camino de la explanada donde los demás están reunidos tomándose litros de cerveza, antes de arreglarnos para salir por la noche. El camino de arena hasta llegar al explanada esta minado de baches lo que dificulta la conducción de Oscar, pero con movimientos precisos del manillar de la moto vamos esquivando todos los baches. Después de un kilómetro de carretera, bueno a eso no se le puede llamar carretera, mas bien la podríamos llamar, camino, conseguimos llegar a nuestro destino. En el fondo puedo ver la farola que esta rodeada de coches y motos y nuestro banquito en medio, donde algunos de los afortunados que llegan antes se sientan, también están los listos que llevan las sillas de playa, como yo, siempre con asiento a donde vayas, eso es importante.
Conforme me acerco miro y comienzo a reconocer caras. Ellos también nos reconocen a nosotros. Como no puede ser de otro modo, Oscar esquiva los coches y lentamente mete la moto hasta llegar a la parte de atrás del banco donde para el motor. El siempre tiene que tener a "su niña" ,que es como la llama, controlada y que nadie se le ocurra ni hacerle un rasguño, que se la carga.
Nos bajamos de la moto y saludo a un par de personas que se acercan a preguntarme como estaba después del vasilon de anoche. Me sorprende una mano que se agarra a la mía, miro y allí donde esta mi mano derecha, hay otra que la agarra fuertemente. Es Oscar que me agarra la mano, y busca un hueco entre mis dedos, le ofrezco el hueco y nos quedamos así unidos por los dedos mientras nos movemos de un sitio a otro saludando a la gente, y comentando anedoctas de la noche pasada.
A lo lejos distingo un grupo de figuras que no dejan de mirar y hablar entre ellos, y los reconozco en seguida. Son Marta, Inés, Fer y Alex. Me vuelvo a Oscar y le interrumpo una charla muy emocionante sobre deporte que estaba manteniendo con uno de sus colegas.
- Nene, ahora vengo, que voy ha hablar con Fer y esta gente. - Intento soltar mi mano pero Oscar la agarra mas fuerte.
- Espera que voy contigo. - Vuelve a mirar al colega. - Ahorra mismo vuelvo y seguirnos hablando, que voy a acompañarla.
Se da la vuelta y comienza a andar dirección a Fer y los demás, yo lo sigo un paso por detrás y desde allí veo sus andares, con paso firme, sin vacilar ningún movimiento, y grandes zancadas que me hacen ir mas rápido para así poder seguir su ritmo. Por lo que me da la impresión que no esta comodo en esta situación y cuanto antes llegue allí antes se va a volver.
Llegamos a donde esta Fer y los demás y saludo con una sonrisa por que la mano de Oscar no me suelta y cada momento aprieta mas.
- Hombre por fin te dignas a venir a vernos, -dice Marta pero con un tono de enfado, furia o algo por el estilo.- tengo que hablar contigo de una cosa muy importante. - lo que traduce mi mente como "tenemos que hablar, porque no me explico como estas otra ve con este capullo.
- Si tenemos que hablar de muchas cosas, luego hablamos.
- ¿De que tenéis que hablar? - El tono cortante de Oscar hace que todos los presenten lo miremos. - No sera de porque tenemos cogidas las manos, porque para hablar de eso, lo podéis hablar aquí.- Hace una pausa.- Mira ya te lo explico yo y no os molestáis en hablar. Si esta conmigo te guste o no, y para darte mas información por si quieres ir cotilleando por ahí estamos totalmente en serio,vamos que no nos vamos a esconder ya de nada ni de nadie, que aquí el mercado esta muy solicitado - cambia la mirada hacia los chicos. - Ella es feliz, y eso tiene que ser lo más importante. ¿O que pensáis ustedes?
El ambiente se calienta pero nadie es capaz de hablar, las caras lo dicen todo. La situación se vuelve incomoda por segundos y aunque me cueste ,por la vergüenza que acabo de pasar, consigo decir.
- Oscar, ya vale. Es mi amiga y tenemos que hablar tenemos muchas cosas que decirnos.
- Inés déjalo ya se ha quedado todo claro. -Marta deja de mirar a Oscar, para centrar la atención otra vez a mi. -Un día que no estés tan ocupada me llamas, vamos si te deja aquí el guardaespaldas este que te has buscado.
- No soy ningún guardaespaldas soy su novio, ave si analizas este concepto nuevo que te acabo de dar, ya que en tu vocabulario dudo que este.
- Mira chaval, - Marta sube el tono hasta llamar la atención de buena parte de las personas que se encuentras allí. - A mi me vas a dar clases tú, que entiendes tu por novia, muñequita que paseo por todos lados sujetándola de la mano para que no se me escape, y a la cual dejo tirada cuando me canse de ella. Eso es para ti tener novia, así que no me vengas ahora con tonterías.
-Marta y Oscar parad ya, es algo incomodo para mi que estáis discutiendo. Así que por favor dejad ya las armas de combate.
- Lo siento cariño. - baja la cara hasta llegar a la mía y me planta un beso en la boca. - Yo solo quiero hacerte feliz y lo sabes.
- Pues si me quieres hacer feliz deja de pelearte con mis amigos, por que ellos- Los índicos a cada uno de ellos con el dedo. - Son mis amigos.
- Bueno que rápido se ganan unos el cariño de amigo - Oscar mira a Alex que le recibe con una mirada de asco junto con pequeños matices de furia.
- Todos son mis amigos a si que déjalo ya.
- Vale, vale ya no hablo más. Podemos ir allí que están Vanessa y Juan, y así hablamos de que vamos ha hacer esta noche.
- No me voy a quedar aquí con ellos, tu si quieres ve ha hablar con quien más te convenga a ti, cuando quieras, yo voy a estar aquí.
- No nena, yo me quedo aquí contigo.
- No tienes porque estar controlándome las veinticuatros horas del día ahora.
- No te controlo a ti.
- Mira chaval, no te aguanto más,- Fer me mira y sigue hablando. - Me has decepcionado.
- Ahora tiene que hacer lo que tu digas o ¿como va esto?
Fer comienza a andar hacia Oscar con un puño cerrado y la mirada desorbitada.
- Fer no vale la pena meterte en líos con este que no vale ni un duro. - Marta lo coge de brazo intentando parar a Fer. - Fer por favor.
Alex se coloca en frente de Fer y le comienza ha hablar.
- Tío pasa que el ha venido para eso, para sacarnos de nuestras casillas. No caigas tan bajo.
- Yo no me explico como este tiene voz y voto a aquí. Es el ultimo que llega y se cree ya amigo de todo el mundo.
- Mira quien va hablar - Alex sigue hablando pero sin girar la cabeza que sigue mirando a Fer. - El que no se merece nada de lo que tiene.
- Eso lo dices porque quisieras ser como yo, chaval si a ti no te eligieron no vengas dando pena, bueno es verdad que lo único que sabes hacer es dar pena, se me olvidaba.
- Mira yo paso ya - Me suelto la mano de un tirón. - Me voy.
Comienzo a andar hacia la oscuridad, y escucho unos gritos de gente discutiendo, cada vez los oigo mas bajo y me voy adentrando en la oscuridad. En un momento de debilidad miro hacia atrás y lo veo toda la escena desde una buena distancia, veo a todo el mundo en un circulo alrededor de donde debía estar yo con mis colegas. Los que están mas alejados de la escena no paran de mirar hacia mi, hablando entre ellos.
Que bien la montas Inés ahí se puede ver perfectamente lo que la lías, todo el mundo tranquilos hasta que llegas tu y mira el tenderete que has montado, entre esto y lo de ayer, vas par darte un premio de marronera del año.
Mis ojos se empiezan a humedecer y algo en mi pecho empieza a oprimirme, corro adentrándome cada vez mas en la oscuridad, pasando setos y arboles hasta llegar a un camino estrecho que solo permite que pasen por el bicicletas y poco más, esta es es nuestra solución a las 4 de la tarde los días que no tenemos coche ya que es la forma mas directa de llegar desde la ciudad si no vas con vehículo. Pero nunca la cogemos de noche porque esta muy oscuro, ademas de tener asentamientos de rumanos a los alrededores, y por el lado izquierdo la única compañía de la corriente del rió.
Sigo corriendo evitando tropezarme con alguna piedra y caer. Al otro lado puedo escuchar coches que a toda velocidad pasan de un lado a otro de la explanada, lo que me provoca que aumente la velocidad para salir de allí cuanto antes. Llego al final del camino, ya solo queda el ultimo empujón de subir una cuesta y ya llego a un pequeña acera que pasa por el lado derecho de la autopista que entra a la ciudad, aligero el paso pero ya no corro, para llegar a esta zona en coche hay que dar una vuelta muy grande y la incorporación esta bastante lejos. Sigo andando sin parar de mirar al suelo, y cuando la visibilidad me lo vuelve a permitir miro hacia la explanada, y mi rincón de la farola. Pero allí ya no se ve gran alboroto, tan poco es que se pueda apreciar muchos detalles desde aquella distancia. Veo a la mitad del camino pequeño, gente corriendo y mucho más atrás en el principio una moto que se adentra en el. Comienzo a correr otra vez con la cara llena de lagrimas, intentando por todos los medios que nadie me vea. Llego al final de la acera que da a un semáforo que une la autopista de la ronda de circunvalación, espero unos segundos hasta que el muñeco se pone en verde y vuelvo correr perdiéndome en aquella ciudad que me dio la vida la cual me conoce demasiado bien, y sabe ofrecerme lo que necesito en cada momento.
23.00
Me encuentro sentada en un banco del paseo, rodeada de bares y casas por el lado derecho y la orilla del rió por el otro, un rió que separa la ciudad en dos, que gracias al hombre esta unida por grandes puentes de una belleza de hiero que para mas de uno hace sentir pasión.
El aire viene desde el rió, por lo que trae humedad y frió. Un frió que no consigue parar los pantalones cortos y la sudadera, así que me acurruco entre mi cuerpo y consigo aliviar un poco aquella temperatura. Cierro los ojos y coloco la cabeza entre las rodillas, pero la luz del móvil me devuelven al exterior. Miro rápidamente por si es mi madre, pero aparece otro nombre, uno de los cinco nombres que me han llenado la bandeja de llamadas, de los cuales he recibido bastantes whatsapp, SMS, etc. Y eso que cuando llegue aquí le mande uno a uno un SMS. Un simple SMS que contenía más que palabras.
Lo siento por haberme ido, pero necesito estar sola, estoy bien. Gracias por preocuparse de mi, ya os llamo luego cuando me encuentre mejor. No llaméis a mi casa que no estoy allí y no quiero que los preocupéis.
Pero aun así no ha parado de iluminarse esa pantalla, y la batería del móvil se va agotando por minutos.
No dejo de pensar, intento culpar a alguien de la escena de hoy, pero nada se queda claro, la principal culpable desde mi punto de vista, he sido yo, ya que la discusión a sido por mi, luego esta Oscar que no se que le ha picado, esa forma de hablarle a mis amigos, y tampoco puedo olvidarme de Marta, Fer y Alex, que dos no discuten si uno no quiere. Marta no ha sabido comprenderme, va a lo suyo y a lo que opina, no ha debido hablarle de aquella manera a Oscar. Fer, ya se que lo he decepcionado, pero me duele que no me apoye, es la decisión que he tomado y es mi amigo y creo que debería de haberme apoyado, por que los amigos están para lo bueno y lo malo, y el no lo ha demostrado ahora mismo. Y Alex, el no debía de haber estado allí, que es mi compañero de trabajo y ya tiene mas amistad con mis colegas que yo con ellos, es que no me explico porque siempre tiene que estar. Ah y que no se me olvide ese comentario que no venia al caso, debería decirle que olvide lo del beso, ese beso, ese beso,... . Aunque me duela ahora, ese beso, no significa nada en mi presente.
Otra vez la luz blanca del móvil me hace abrir los ojos, y allí si esta esa palabra, que tanto pánico da en algunos momentos. Mama. descuelgo el teléfono y respondo.
- Dime.
- ¿Donde te as metido?
- Ya voy para casa.
- Tu hermano se ha llevado tu coche, porque tu tienes el suyo y no se lo has devuelto.
- Ahí si es verdad, bueno entonces para esta noche me tengo que quedar con su coche.
- Si esta noche y mañana, se ha ido al piso de unos amigos a la montaña y no vuelve hasta mañana por la noche. Ah, también me ha dicho que la gasolina corre a cuenta tuya, que siempre le dejas el deposito vació.
- Bueno le diré a papa que mañana me deje 40 euros y le echo 20 al coche del hermano y 20 a mi coche cuando me lo devuelvan.
- Hablando de tu padre, que vuelvas ya que se va a trabajar en un rato y no te va a ver hasta mañana, y quiere verte que hoy no te ha visto ni un pelo.
-Vale dile que voy para allá, que se espere un momento que quiero verlo, que tardo quince minutos en llegar.
Finalizo la llamada y salgo corriendo dirección a mi casa, y esta vez no corro por huir, si no mas bien para desahogar la rabia que me come por dentro, después de aquella meditación.

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